La caida de un meteorito podria explicar la desaparicion de Sodoma y Gomorra

La trayectoria de un meteorito y su posterior explosión en el año 3123 a.C. podrían explicar la leyenda bíblica de la destrucción de las ciudades de Sodoma y Gomorra en medio de una lluvia de fuego y azufre, según un estudio científico de la Universidad inglesa de Bristol, a cargo del profesor Mark Hempshell.

¿Cómo un meteorito pudo destruir Sodoma y Gomorra, en Oriente Medio, provocar un deslizamiento de tierras de cinco kilómetros en Austria y esfumarse sin dejar un cráter? Mark Hempshell descubrió las respuestas después de descifrar la arcilla sumeria.

Gracias a potentes programas de ordenador capaces de simular el cielo de hace miles de años y las descripciones milenarias, Hempshell y el director de una empresa de aeronáutica, Alan Bond, llegaron a la conclusión de que el meteorito colisionó con una montaña antes de llegar a Köfels.

Esto hizo que explotara y se convirtiera en una bola de fuego durante su viaje valle abajo, lo que explicaría el corrimiento de tierras y que no exista ningún cráter, ya que al producirse la colisión el material del meteorito no era sólido.

La explosión del asteroide originó una nube con gases y materiales en suspensión que viajó hasta el Este del Mediterráneo, alcanzando Egipto, y que pudo causar la muerte y la destrucción de poblaciones enteras.

El profesor aseguró estar convencido de que los efectos del meteorito dieron lugar a la leyenda de Sodoma y Gomorra, en la que se cuenta que Dios destruyó estas ciudades pecadoras con fuego y azufre.

La Biblia, en el Antiguo Testamento, dice que “El Señor derramó una lluvia sobre Sodoma y Gomorra de piedras de fuego y cenizas”, que es -según los científicos- la descripción más parecida a una tormenta de meteoritos. Sin embargo, Hempshell se mostró abierto a que otros investigadores indaguen en el asunto y creen nuevas hipótesis acerca de lo que sucedió a las dos ciudades.

El doctor Victor Clube, un investigador de astrofísica de la Universidad de Oxford señaló en 1997 que habían sido los restos de un cometa gigante los culpables de esa destrucción.

Según su teoría, la última aparición del cometa Little Bull coincidió con la desaparición de 40 ciudades ubicadas en Egipto, Mesopotamia y en el Valle del Indo entre el 2200 y el 2000 antes de Cristo.