El cansancio escolar

Durante el día escolar, muchos alumnos se sienten cansados. A esto se le conoce como fatiga escolar y es causada por varios factores como el aburrimiento, hambre, falta de estímulos, sueño y agotamiento físico.

La fatiga condiciona el aprendizaje y por ello, es importante que no pase inadvertida por los padres ni por los maestros. Aún, cuando no siempre es sencillo determinar la causa del cansancio, éste termina manifestándose en el semblante del alumno.

La fatiga escolar tiene diversos fundamentos: conflictos familiares, angustia por las calificaciones, imagen negativa ante profesores o compañeros, incapacidad de lograr éxitos académicos o deportivos, sentirse excluido del grupo de amigos, ser objeto de burlas o altercados permanentes. Todo ello produce dolor de cabeza, malestar estomacal, irritabilidad, insomnio, ansiedad, depresión y pocas ganas de ir al colegio o cumplir correctamente con los deberes escolares. Lo más grave ocurre cuando ni la familia ni el colegio pueden ver la importante relación que existe entre las posibilidades de un buen aprendizaje y las dificultades emocionales de los alumnos.

Los padres y maestros deben observar a los alumnos para conocer su disposición hacia los estudios, y de ser negativa, se debe buscar la causa para ofrecer apoyo y orientación.

Muchas cuestiones escolares podrían resolverse si el estudiante tuviera el lapso de sueño necesario para descansar. Muchos profesores de matemáticas escogen las primeras horas de la mañana para que los alumnos se encuentren más despejados y su sorpresa ha sido que algunos se quedan profundamente dormidos.

El alumno debe saber organizar su tiempo para hacer sus tareas durante un horario regular que no interfiera con sus horas de sueño. Un buen descanso y una balanceada alimentación, son dos factores valiosos para que los alumnos se encuentren en óptimas condiciones de aprendizaje, así como también en un buen estado para manejar los problemas emocionales a los que debe enfrentar.

Un diálogo abierto:

Para ayudar a que tu hijo esté consciente de su fatiga, pídele que responda las siguientes preguntas:

  • ¿Cuándo llegas a clases te encuentras muy cansado; bastante cansado; ligeramente cansado; bastante descansado; muy descansado?
  • ¿A qué hora te acuestas normalmente?
  • ¿A qué hora te levantas cuando vas a la escuela?
  • ¿En qué ocupas normalmente tu tiempo las dos últimas horas antes de acostarte?
  • ¿En qué momento prefieres estudiar: por la noche o en la mañana muy temprano?
  • ¿Qué tomas normalmente de desayuno?
  • ¿Qué tomas entre el desayuno y la comida?
  • ¿Qué días o días de la semana te sientes más cansado?
  • ¿Qué actividades realizas los fines de semana?
  • ¿Cuál es la hora del colegio en la que te sientes más cansado?

Señala las causas de tu cansancio: falta de sueño; falta de interés en la clase; no comprendes la exposición del profesor; es demasiado trabajo; otras causas. ¿Qué podrías hacer para que el colegio te resulte menos pesado?

Comenta las respuestas con tu hijo y pídele que organice un horario en donde incluya las horas necesarias para realizar correctamente sus tareas escolares, así como una planeación para que disfrute con mayor tranquilidad de su tiempo libre.