Los lunares en el Verano

Constantemente, el verano nos llama a la sensibilidad respecto al cuidado de la piel, más aún con este calor que año a año aumenta de manera inclemente en la ciudad. Uno de esos llamados de prevención tiene que ver con los lunares.

Tomar el sol sin las precauciones necesarios son factores fundamentales para la aparición del cáncer de piel, especialmente durante esta temporada. Por ello, se debe prestar atención a cualquier alteración que sufran los lunares, más aún si se produce algún cambio de color, un aumento del tamaño o si se produce una variación irregular en la forma.

Protección:

Es importante evitar una prolongada exposición al sol, más aún entre las 10 de la mañana y las 3 de la tarde que es el espacio de tiempo donde el brillo solar es totalmente indomable, lo que pueden generar quemaduras en la piel, afectando a los lulares.

Es conveniente emplear medidas de protección como las sombrillas, sombreros, lentes de sol y lo ideal es usar ropa que tape la piel pero que al mismo tiempo la mantenga fresca.

Usar un protector o bloqueador acorde con el tipo de piel, y cubrir las zonas que puedan verse afectadas. incluyendo cara, orejas y cuello. Los protectores tienen un determinado tiempo de acción, por lo que se recomenda su aplicación cada dos horas para poder mantener los beneficios.

Riesgos:

Algunas personas sufren más probabilidades de sufrir un tumor en la piel y por ello, son quienes deben recibir más cuidados para safar de cualquier problema cutáneo.

Esto sucede con las personas de piel y ojos claros, que tienen un gran número de lunares y cuyos familiares más cercanos han sufrido de melanomas.

Lo importante es siempre prevenir, vigilando los lunares y acudiendo al dermatólogo por lo menos una vez al año para una evaluación de rutina o cuando se observe algún cambio en la piel que requiera de la opinión de un especialista, para que sea tratado a tiempo y de manera adecuada.

Article publié pour la première fois le 01/02/2013