(Por: periodista Felix Alvarez)
Veintidós de mayo de 1927 qué mejor fecha la que escogió el alcalde de Ascope, don Erasmo Carbonel y el prefecto de La Libertad, doctor Lanatta para celebrar el vigésimo sétimo aniversario de su elevación a ciudad recordando que en 1900 el presidente de la república Eduardo López de Romaña firmó la ley del Congreso elevando esa villa a la máxima categoría e inaugurar el estadio con reventazón de cohetes y bombardas al son de las bandas de música.
Ese día Ascope estaba de fiesta porque en el moderno estadio jugaron pujantes equipos del balompié de Trujillo, Salaverry, Chiclín y de esta ciudad.
Como cuenta el conocido médico cirujano doctor Enrique Mejía Saldaña, el estadio construido a base de cemento y madera que llegó a convertirse en el mejor del norte. Lo seguía en categoría la famosa Grama de Mansiche de Trujillo, y eso lo saben aquellos viejos testigos de la “ciudad de cortesía y leyendas”.
El añejo “coloso” es ahora el patito feo de la región luego del monumental Estadio Mansiche. El Estadio de Ascope, en su inauguración contaba con una cancha de fútbol, central y dos auxiliares, la cancha central se sembró gras importado de Inglaterra, y contaba con malla olímpica es decir todo el perímetro del campo de juego, así mismo contaba con dos tribunas, sur y norte de madera y techada con calamina, camerinos para concentración, duchas unipersonales, agua propia, la que se extraía de un pozo mediante el sistema de bombeo por medio de una mariposa que hasta la fecha existe pero ya deteriorada e inservible quizá, mudos testigos de lo que fue ese extraordinario estadio.
Se sabe que en la plana de dirigentes del IPD se levantó una voz, la de Alfredo Britto Mayer quien dijo que el Estadio Mario Orezzoli puede ser escenario de partidos de la Copa Perú basándose en su historia y sus comodidades tanto para los jugadores como para los asistentes.
Quien no recuerda que un ascopano, don Estuardo Meléndez Macchiavello, muy jovencito entonces aprovechando la amistad que tuvieran sus padres don Arturo Meléndez y doña Amalia Macchiavelo con el entonces doctor Manuel Prado y Ugarteche le pidió la construcción del Mansiche, cuyo escenario fue inaugurado años después por el presidente José Luis Bustamante y Rivero hace más de 60 años.
Para muchos no saben quien fue don Mario Orezzoli. Este personaje fue un próspero hombre de negocios e hincha acérrimo del Atlético Ascopano de cuyo club fue su mecenas y por estos aguerridos mandó construir el estadio.
En la fecha inaugural el Atlético Ascopano le pone dos a cero al salaverrino Miguel Grau con el arbitraje de Domenech y en esa misma tarde de goles el Unión Cartavio le pega al casagrandino Association FBC por 3 a cero bajo el arbitraje de Lizardo López Torres.
ANTIGUO Estadio de Ascope, cuando reunía a cientos de aficionados allá por los años ’20 del siglo pasado. (Foto de Segundo Silva Llanos).
En las graderías del Estadio no alcanzó un solo espectador más de los cuatro mil que estaban cómodamente sentados. Muchos de ellos procedentes de Trujillo quienes utilizaron los vagones del Ferrocarril que arrastró aficionados de Salaverry y Trujillo.
No era para menos. Se trataba de un moderno estadio y que hoy contrasta con el modernísimo Estadio Mansiche.
Antes que se levante el Mansiche, Ascope fue escenario de partidos nacionales y uno que procedía de Argentina cuando celebraban la feria de San Juan Bautista, cuenta el escritor y periodista Teodoro Rivero-Ayllón.
En la inauguración estuvo presente y muy feliz don Mario acompañado de su hermano Santiago, quien vino especialmente desde Italia para presenciar el acontecimiento.
El fondo del acontecimiento fue el Atlético Ascopano conformado por muchachos que sudaban la camiseta a cambio de nada y eso es lo que animó a don Mario para dar trabajo a los progenitores en sus almacenes que tenían en las Grandes Tiendas Orezzoli.
Militaban en El León Dormido, así llamaban al equipo porque en el segundo tiempo rugía y daba vuelta el partido casi perdido con goles del gran “Quindo”, Fulgencio Silva Llanos y con la defensa en el Chueco Juan Honores, haciendo trío con el “Loco” Julio Alvarez. Otras figuras, fueron “Cohete” Alfonso Ugarte y el gran “Chilala” Amorós.
“Quindo” aventaba certero la redonda que nadie, ningún arquero lo podía atajar y menos el “Chueco” Honores dejaba violar su arco.
CARICATURA de JUAN “CHUECO” HONORES dejaba desarmados los ataques de los delanteros rivales. Tomaba los centros de su valla con una mano y luego salía con la pelota entre sus atacantes sonriente para despejar. (Caricatura de AntonioTorres) – Juan Honores fue arquero de la Selección Peruana campeona de la Copa América de 1939.
Juan Honores en su última visita que hizo a su lar natal luego de residir en Buenos Aires, Argentina, después en Lima en donde escribió una columna deportiva “Las Cosas Derechas” contó que su deporte favorito era el básquetbol de cuyo equipo del Centro Escolar Nº 243 el profesor lo sacó por no jugar con seriedad y que sus burlas lo hacía como en el Globert Trotter. Pero esta medida disciplinaria no lo acomplejó porque comenzó a militar en el fútbol en donde protagonizaba mucha gracia evitando así que su arco sea burlado.
En Lima, una de esas atajadas fue cuando el respetable y los 21 jugadores en la cancha quedaron mudos de asombro al ver que el cañonazo del famoso Adolfo Perdenera había quedado atrapado en las rodillas de Honores que no había visto la pelota. Fue increíble… pero cierto.
Contó en rueda de amigos y paisanos que “siempre he respondido que jugar al futbol para mi era una felicidad…lo hacía con mucho amor y muy espontáneo. Se me ocurrían detalles en mis intervenciones, pero sin ánimo de burlarme de nadie. Tenía como principio el respeto a mis adversarios, a quienes traté con mucha cordialidad”
Don Javier Larco Herrera, mecenas del deporte, había fundado un club en su hacienda Chiclín y estuvo en pos de figuras y en Ascope le gustó el juego de un muchacho a quien sus padres abandonaron. No había sido asentado en el registro civil y el empresario al bautizarlo en el templo matriz de Ascope y el padre Jesús Villalobos le extendió su partida con el nombre de Alfonso Ugarte igual como se le denomina a su equipo.
En Ascope este jugador era conocido como “Cohete” por su rapidez en el campo. Veamos como el popular “Peluca” Sevillano cuenta esta anécdota que como reguero de pólvora va de boca en boca:
Se origina un off side. “Cohete” Ugarte patea la redonda elevándola hasta lo alto del cielo causando la burla y la risa de lo jugadores y también del público. “Cohete” corre cerca del arco a fin de recibir el esférico pegando un cabezazo. Convierte el gol mofándose así del arquero quién seguía carcajeándose. Fue uno más para su Atlético Ascopano que jugaba en la década del 40 con el Siete de Junio,de Casagrande…Que tiempos aquellos.
PRIMER equipo del aguerrido Atlético Ascopano con sus figuras Juan Honores, Fulgencio
”Quindo” Silva Llanos, Julio “Loco” Álvarez, “Chilala” Amorós y Alfonso “Cohete” Ugarte, entre otros grandes con su reina Griselda Flores. (El dueño de la foto doctor Enrique Mejía Saldaña refiere que los jugadores militaban en el equipo sin reclamar dinero).