• Encuentra las grifos, cercanas a ti, más baratos, y trata de comprar combustible siempre en ellas.
• Revisa los neumáticos para tenerlos siempre con la presión idónea. Una llanta inflada por debajo de su presión normal aumenta la resistencia al rodaje y por consiguiente obliga al motor a trabajar más. Considera el cambiar las llantas gastadas por otras de baja resistencia de rodaje.
• Llena el tanque por la noche porque los surtidores sueltan más gasolina cuando las temperaturas son más bajas.
• Ve a grifos con mucha gente. Las estaciones que están siempre llenas tienen que recargar sus tanques regularmente, lo que significa que su gasolina es más fresca. La gasolina fresca tiene mayor potencia que la que lleva varios días guardada.
• Evita los grifos cercanos a las autopistas o alejados porque sus precios suelen ser más elevados.
• Algunos vehículos permiten usar gasolinas de distintos octanajes. Lo mejor es usar la recomendada por el fabricante.
• Evita ir con poca gasolina. Aunque puedas pensar que consumes menos llevando poco combustible en realidad tu vehículo funcionará menos eficientemente. El mejor momento para recargar el tanque es cuando está por la mitad o un poco menos.
• Aprovecha las rutas largas. La suma de muchos pequeños trayectos independientes necesitan casi el doble de gasolina que un único trayecto recorriendo la misma distancia.
• En trayectos muy cortos el consumo se dispara. En estos casos es recomendable utilizar el transporte público.
• Piensa sabiamente que vehículo comprar. Si tienes varios trata de usar siempre el que consuma menos.
• Escoge la ruta más conveniente. Trata de evitar aquellas con atascos o tráfico lento. Mientras menos paradas mejor.
• Evita velocidades elevadas. Un aumento del 20% en la velocidad produce un 44% de aumento en el consumo.
• Evita acelerones y frenazos en seco pues aumenta el consumo. Debemos procurar circular a una velocidad uniforme, sin cambios bruscos, que nos obligan a ir en marchas más cortas o a revolucionar más el vehículo.
• Si tienes que estar parado más de un minuto apaga el motor.
• El uso del aire acondicionado aumenta en un 20% el consumo de combustible. A bajas velocidades abre las ventanas, y a mayor velocidad usa en su lugar el ventilador (las ventanas abiertas aumenta la resistencia con el aire del vehículo, aumentando con ello el consumo).
• Estaciónate en la sombra. Esto minimiza la evaporación de gasolina y mantiene fresco tu vehículo en verano.
• Evitar las sobrecargas innecesarias en el vehículo. El uso del portaequipajes de techo, aún estando éste vacío, puede incrementar el consumo normal del vehículo desde un 2 hasta un 35%.
• Cierra bien el tapón del tanque pues con ello evitarás la evaporación.
• Se deben cambiar cuando corresponde el aceite, bujías y filtros pues de lo contrario se puede aumentar el consumo. Incluso el uso de un aceite incorrecto puede aumentarlo.
• Revisar los consumos del vehículo periódicamente pues podemos detectar algún elemento deteriorado, que esté haciendo aumentar el consumo.
• Arrancar el motor sin acelerar y comenzar la marcha lo antes posible.
• Utilizar marchas prolongadas (en gasolina el cambio de velocidad debe hacerse cuando estamos entre 2,000 y 2,500 revoluciones y en diesel entre 1,500 y 2,000).
• Cuando estamos acelerando, se debe cambiar a la marcha más larga lo antes posible y al reducir de la manera más lenta posible. (Un motor en marcha corta y revolucionado consume mucho más).
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