Cuando pienses que te dejo,
cuando pienses que te olvido,
cuando pienses que no entiendo
lo que sientes, yo te pido:
que cierres tú los ojos
y que mires por adentro
y comprendas lo que siento
cuando veo tu figura,
cuando estrecho tu cintura,
cuando siento que podría
enredarme en la locura
y salida no habría,
ni razón, ni cordura;
cuando creo que mi mente
atrapada para siempre
quedará en tu pensamiento
y tu aroma en el viento
que perpetúa mi agonía
y no me bastaría la noche
y no me bastaría el día
ni me bastaría la existencia
si me enamoro de ti.
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