Según un estudio publicado en febrero de este año, en la revista británica de medicina, The Lancet Neurology, algunos componentes utilizados en la industria y en el hogar, afectan el desarrollo del cerebro infantil y adulto y pueden ocasionar problemas de conducta como hiperactividad, TDH , autismo y reducción del coeficiente intelectual .
Estos son: el metilmercurio (hallado en pescados contaminados, en el ambiente de forma natural o por contaminación industrial), bifenilos policlorados (PCB), los PCB hoy están prohibido mundialmente, pero fueron usados para la manufactura de transformadores eléctricos, motores eléctricos, plaguicidas, agroquímicos, equipos eléctricos antiguos.
El plomo, el arsénico, pesticidas, el tolueno que se encuentra en el esmalte de uñas, para curtir cueros, en diluyentes de pintura y se usa en el procesamiento de la gasolina.
Luego de algunas revisiones también se incluyen el flúor, el tetracloroetileno (solvente usado en lavanderías para limpieza en seco, removedores de pintura, limpiadores de madera), éteres difenílicos polibromados (espuma de poliuretano, algunos colchones, plástico de televisores o aparatos eléctricos de años anteriores al 2013, polvo en artefactos que tengan este material ya que se descompone lentamente), clorpirifos (componente de insecticidas para matar cucarachas y pulgas), DDT (insecticida prohibido años atrás).
En estudios con ratas se demostró que estos químicos industriales interfieren con la función cerebral. Los problemas no se limitan a menor IQ o coeficiente intelectual y bajo rendimiento escolar, también originan mayor impulsividad, dislexia, problemas emocionales, comportamiento agresivo. Los mayores riesgos de estas sustancias son para mujeres embarazadas y niños.