Otra versión del Jinete Fantasma

Otros narran la leyenda bajo un aspecto magicómico, dentro de ellos el Sr. Francisco Villoslado, me ha transmitido lo que sigue: Una noche varios amigos de Cascas estaban coqueando un difunto, había por ese entonces un hombre que se jactaba de ser muy valiente.

Los demás conversaban de hechos espeluznantes y macabros, acaecidos en la encañada, siendo el velorío un momento propicio, para tales narraciones, uno de los cortertulios dirigiéndose a Don Sergio Rodríguez, que así se llamaba el guapetón, le decía, «oye Sergío, yo si que no he bailado en la piedra larga», loque equivalía a decir, que él nunca había pasado por ahí porque era creencia común, de quién atravesaba por este lugar, para que tenga felicidad y no halle algún contratiempo, debería dar un baile en la pedra larga y colocar una cruz de palitos en una de las rocas de este sitio.

Don sergío que era burlon y muy amigos de fanfarronadas, hizo mofa del jinete fantasma, que afirmaban varios cortertulios, se había aparecido a muchas personas y que inclusive habían muerto de una fuerte impresión algunos de ellos.

No faltos quien hizo una apuesta para que se diera crédito a sus afirmaciones con Don Sergio, diciéndole:»Compadre, van dos mil tacos», que Usted no pasa a altas horas de la noche por la encañana, todos los presentes aprobaron la apuesta y el valentón de Don Sergio, utilizando su caballo, se disponía a salir a la una de la mañana, para hacer gala de su bravura, y que él jamás se aminalaba por fantasmistas.

Al empezar a rayar la aurora, más o menos a las 4 y minutos pasaba por la encañada, cuando recien empezaban los débiles hilos de la aurora a desmanejar el ovillo de la claridad. ¿cual no sería el miedo? que siente su poncho estirado, que parecía lo jalaban violentamente de una de sus puntas. Entonces comenzó a rezar a todos los santos de su devoción, diciéndose para sus adentros. El jinete fantasma ya está sentado sobre mi cabalgadura , atolondrado por tal pànico, no se movía ni un poquitín, temiendo incomodar al jinete fantasma.

Estando muy cerca de Ascope y cuando la blancura del alba disipaba el negro manto de la noche, volteándose para ver que fantasma estaba sobre su cabalgadura, con una lisura de las mas sonoras le increpa que se baje de su bestia, pero ….. no ve nada y recien se da cuenta, que la punta de su poncho se había incrustado sobre la baticola de su cabalgadura, echándose una carcajada y queriéndose jalar las orejas, tarde se da cuenta que su temor había sido irracional.