El lavado periódico y meticuloso del auto es una de las formas más eficaces para mantener el valor de reventadel auto, disfrutar el placer estético de ver su coche brillante para los más fanáticos, y además evitar los dolores de cabeza de picaduras o deterioros prematuros de las chapas.
Sin embargo, cada persona tiene una forma peculiar de cuidar su automóvil, con algunos mitos y técnicas, algunas eficaces y otras no. El Centro de Investigación y Seguridad Vial de la Argentina (Cesvi) elaboró un informe en el cual desarrolla una serie de recomendaciones y consejos útiles para preservar los coches.
Cesvi tiene una voz autorizada en el tema ya que las investigaciones que realiza cotidianamente van desde los test de seguridad más complejos al mantenimiento y reparación de los vehículos.
Si la pintura del vehículo se encuentra en buen estado, sin rayas ni imperfecciones, el mantenimiento normal que corresponde es un lavado y lustrado periódico. El informe advierte además no realizar más de un pulido al año.
Consejos para la protección de la pintura son:
El lavado periódico se debe realizar con agua y shampoo para autos. Es necesario utilizar un cepillo o esponja suave que viene diseñado especialmente para este trabajo con la opción de enganchar una manguera para el flujo continuo del agua. El uso de otro tipo de elementos, como trapos o esponjas inadecuadas, podría retener la tierra y causar un efecto abrasivo sobre la pintura, rayándola.
Nunca debe lavarse el automóvil con detergentes de uso doméstico u otros tipos de solventes, ya que éstos contienen agentes químicos que deterioran prematuramente la pintura.
Una vez que el vehículo está limpio y seco, se le pueden aplicar abrillantadores y protectores. Estos deben colocarse por lo menos cuatro veces al año y especialmente en primavera, que es cuando los factores biológicos se hacen más notorios. Normalmente se utilizan abrillantadores para realzar el brillo y luego una capa de cera protectora para su conservación.
En aquellos casos donde se encuentren rayas profundas, existen productos pulidores (pastas de pulir) que se aplican en forma secuencial, de textura gruesa a fina, con la ayuda de máquinas. Este proceso no debe repetirse muchas veces porque va desgastando la capa superior de pintura (barniz o esmalte color). No realizarlo más de una vez al año.
Como complemento para realizar los trabajos de pulido se debe contar con una máquina y dos tipos de disco, uno de tipo «cordero» para pulidos con granos gruesos y otro de tipo goma espuma para las aplicaciones de granos finos. Luego se deberán aplicar los abrillantadores y protectores manuales para el lustrado final.
Todos los procesos de lavado, pulido y abrillantado deben ser llevados a cabo lejos de la luz de sol debido a que se calienta la chapa acelerando el secado de los productos utilizados, el cual dificulta su eliminación y afecta el resultado final del trabajo, pudiendo dejar vetas blancas.
Antes de viajar a zonas cercanas al mar es importante preparar el vehículo con protectores y ceras para que la salinidad del aire no afecte la pintura. En caso de no poder realizarlo, a su regreso no olvidar de lustrar la pintura para quitarle este elemento y evitar que ocasione picaduras en la pintura.
Algo que se debe tener muy en cuenta es que si el vehículo es de color oscuro es necesario tenerle mayores cuidados, ya que los rayones, maltratos y defectos en la pintura se hacen notar mucho más.
El mejor lavado
La técnica de lavado del vehículo recomendada es:
1- Mojar bien el auto.
2- Lavar primero los neumáticos y el interior de los guardabarros, ya que como estas partes son las que tienen mayor contacto con el camino, por lo general, serán las zonas más sucias. Si se lavan después de la carrocería podrían desprender polvo y ensuciar las partes ya lavadas.
3- Lavar la carrocería del vehículo de arriba hacia abajo utilizando una esponja o cepillo mojado con agua, junto con el shampoo apropiado, cuidando que siempre esté bien embebido para reducir la fricción.
4- Enjuagar la superficie con cepillo y abundante agua limpia.
5- Secar con trapos de algodón limpios y escurridos.
6- Aplicar manualmente el abrillantador con la ayuda de una franela seca.
7- Dejar secar la capa de producto aplicada.
8- Repasar firmemente con la ayuda de una franela limpia y seca.
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