Desde abril de 2019, el Perú cuenta con la Ley (N° 30936) que promueve y regula el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible, en otros países desde años antes y otros aún no las tienen.
La bicicleta y los ciclos
Son “ciclos” todos los vehículos accionados por el trabajo muscular y que no forman parte de los vehículos automotores (combustión o eléctricos).
La bicicleta, la bicicleta con Sistema de Pedaleo Asistido (SPA), patinetas, entre otros; cumplen esa característica común: requieren del esfuerzo humano para su funcionamiento.
Reglas básicas de conducción
Las manos deben ir siempre sobre el manubrio.
Evita el uso de dispositivos móviles en las manos.
Utiliza el lenguaje corporal de señas para anunciar a los demás tus giros o detenciones con antelación.
Al adelantar un vehículo, hazlo siempre por la izquierda.
Utiliza la línea de parada adelantada.
Usa las ciclovías.
Para el uso de la calzada hay reglas que debes seguir.
Para el uso de la acera hay reglas que debes seguir.
Equipamiento
Tanto la bicicleta como el conductor deben cumplir con un mínimo de equipamiento de seguridad, cumple todas las disposiciones y podrás disfrutar de la mejor conducción.
Después de la renuncia de Chile por acoger la Cumbre del Clima 2019, será España quien acoja el evento. Solamente una vez antes se había cambiado el país designado para acoger esta convención; fue hace dos años, por los problemas logísticos que suponía organizarla en la pequeña isla polinesia de Fiyi.
Este cambio de localización ha atraído más atención sobre un encuentro que se lleva celebrando desde 1995. A la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, también conocida como Cumbre del Clima, se le refiere por las siglas COP, acompañadas del número de edición. Estas siglas hacen referencia a Conference of Parties, la Conferencia de las Partes, que es el órgano de toma de decisiones en una convención internacional. En este caso, la COP está formada por aproximadamente 200 representantes de otros tantos países cuya misión en esta convención anual es: evaluar en qué situación se encuentra la crisis climática que vive el planeta, ver si se han cumplido los efectos de las propuestas del año anterior y establecer nuevas soluciones. Para ello, además de los representantes de los países miembro, la Cumbre cuenta con un panel de expertos y la asistencia de distintos observadores e invitados (ONGs, investigadores, emprendedores, etc.).
Pese a que la Cumbre del Clima cumple en 2019 un cuarto de siglo, nunca antes había tenido la importancia que tiene ahora. Las decisiones que se toman en la convención no son vinculantes, sino más bien recomendaciones para los países miembro de la COP. Ahora, sin embargo, a diferencia de lo que ocurría hace una década, son muchos los ojos que van a estar pendientes de todo lo que se discuta y proponga en la COP25.
La celebración de la Cumbre del Clima siempre ha atraído a activistas medioambientales que han protestado en las calles de la ciudad en la que se celebrase esta convención, con el fin de presionar y pedir que todo lo que se discute en las COP no quede en papel mojado. Hoy día, este activismo es mucho mayor y no está en manos de unos pocos, sino que la lucha contra el cambio climático se ha convertido en una prioridad para la sociedad civil.
Esta preocupación se ha contagiado también a muchas empresas importantes a nivel global, que tratan de mejorar sus sistemas de producción para que sean más eficientes y respetuosos con el medioambiente. Un ejemplo es The Stars Group, responsable de la marca PokerStars, que abrió unas nuevas oficinas en Bulgaria en las que la prioridad es la sostenibilidad y la eficiencia energética, además de haber implantado un programa de concienciación medioambiental entre sus empleados. Otro ejemplo es el del gigante McDonalds, que acaba de poner en marcha la plataforma Better M con la intención reducir el consumo de plástico y promover el reciclaje en sus establecimientos.
Las acciones de los ciudadanos y las empresas son importantes, aunque quienes han de mover ficha son aquellos que toman las decisiones que nos afectan a todos. Por eso esta COP25 del próximo mes de diciembre es tan importante. Todavía más cuando la situación es límite, tal y como nos recuerdan hechos como el récord de deforestación amazónica del Brasil, la más alta desde 2008.
Madrid se ha tenido que preparar en tiempo récord para acoger una Conferencia sobre Cambio Climático que Lima organizó en 2014.
Se estima que la COP25 atraerá entre 20,000 y 25,000 habitantes extra a la capital española. El lugar escogido para la celebración es el centro internacional de convenciones IFEMA, que pondrá siete pabellones a disposición de este encuentro. Serán más de 100,000 metros cuadrados -más otros 13,000 en salas de reuniones- que se dividirán en dos zonas principales: una en la que se reunirán los miembros de Naciones Unidas e invitados, y otra dedicada a iniciativas procedentes de la sociedad civil.
Como no podía ser de otra forma, entre los datos proporcionados por la organización de la COP25 se encuentra el número de emisiones de CO₂ que se prevé, y que se estima será de unas 65,000 toneladas. Una factura medioambiental que los organizadores se han comprometido a compensar a través de varias actividades que se desarrollarán en el llamado Eje Castellana Verde, en el centro de la ciudad.
La COP25 contará con unos 600 voluntarios que velarán por el buen funcionamiento de una convención que convertirá la lucha contra el cambio climático en la gran protagonista de la agenda internacional entre el 3 y el 12 de diciembre.