Había una vez un famoso curandero extranjero que vino a Perú a curar a los desvalidos y desahuciados, en esa ocasión llenó el estadio nacional con más ed 45 mil personas.
A la mitad de su disertación pidió dos voluntarios para curar sus males, justo en la parte de adelante estaban un cojo y un gago, quienes levantaron la mano de inmediato, siendo vistos por el sanador, fueron subidos al estrado….
El curandero preguntó: – ¡TU!, hombre por qué has venido?
El cojo respondió: – No puedo andar, necesito siempre mis muletas, ayúdame ….
Luego el gago respondió : – mhe gugstagria agblarg cogrectagmente
El hacedor de milagros les indicó que vayan detrás de un biombo y comenzó a rezar:
¡ Dios ilumíname y daaame el podeeeer!
«¡ COJO suelta las muletas …. (se oyó un estruendo detrás del biombo…. la gente OHHHHHH…)
GAGO, habla !»
Y el gagó dijo: ¡ Je cagyó el cogjo ¡
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