Un niño quería S/. 100, y rezaba todos los días para que alguien se los regalara.
Un día decidió escribir una CARTA A DIOS pidiendo los S/. 100 y la mandó por correo.
Cuando el encargado de Correos vio a quién estaba dirigida la carta (DIOS), determinó despacharla al Presidente.
El presidente, al recibirla, quedó gratamente impresionado e instruyó a su secretaria enviar al niño S/. 10, pensando que para un niño pequeño, esa cifra debía significar una gran cantidad.
El niño, feliz con los S/. 10, se sentó rápidamente a escribir una carta de agradecimiento que decía:
«Gracias, querido Dios, por mandar el dinero. Sin embargo, por alguna razón que no me explico, lo mandaste a través de Palacio de Gobierno, y como era de esperar, estos corruptos conch… se robaron S/. 90 ; seguro que pensaron que era parte de su comisión. Ni la correspondencia de Dios respetan estos ladrones»
Los comentarios están cerrados.