El cuervo y el conejo

Un cuervo estaba sentado en un árbol, sin hacer nada todo el día. Un pequeño conejo se dio cuenta de esto y le pregunto:

¿Puedo sentarme como tú y pasarme todo el día sin hacer nada?
El cuervo respondió: ¡Claro! ¿Por que no?
El conejo se sentó en el suelo, y descanso.
Repentinamente, apareció un lobo salto encima del conejo y se lo comió.

Moraleja: «Para estar sentado sin hacer nada, debes estar muy, muy alto».

La Golondrina

Había una vez una golondrina que empezó a emigrar demasiado tarde en invierno, y se estaba congelando mientras volaba.

Al final cayo a tierra, y ella creía estar ya acabada… pero entonces se le acerco una vaca que le soltó una plasta encima.

Bueno, la caca estaba bien calentita, así que la golondrina se encontró mucho mejor y empezó a piar de satisfacción. Pero un gato oyó a la golondrina, la sacó de la plasta, la limpió, y se la comió.

Esta historia tiene tres moralejas:

  • No todo el mundo que te caga es tu enemigo.
  • No todo el mundo que te saca de de la mierda es tu amigo.
  • Si estás con la mierda al cuello, pero feliz, mantén la boca cerrada.

Fábula de las hormigas

Esto son dos hormigas que van por el bosque y se encuentran un charco. Ante la imposibilidad de cruzarlo, esperan por si pasa un animal que pueda llevarlas al otro lado.
En esto que pasa una zorra que se ofrece cruzarlas. Una de las hormiguitas que era muy pituca le dice a la zorra:

No, no vamos a cruzar contigo porque tienes el pelaje sucio y asqueroso y nos vamos a ensuciar.!.

Cuando la zorra se va, divisan un par de pajitas y deciden subirse en ellas, a modo de barca, para cruzar el charco. Cuando iban por la mitad del charco, un mal viento hizo que las pajitas se hundieran y las dos hormiguitas cayeron al agua.

Moraleja: Mas vale una zorra sucia que dos pajas mal hechas.