En honor de los millones de indios muertos, me permito recordarles este plato llamado:
COMBINADO DE ATAGO Y TRIGO- EL PLATO DE LA PROTESTA
Cuando llegaron los españoles al Perú se sorprendieron ante la variedad de las danzas y de los bailes nativos. La nobleza imperial, y el pueblo, tenían en la danza la oportunidad suprema de expresar su máxima capacidad artística, su emoción y su fervor por la belleza universal.
La danza, generalmente la mítica, era la ofrenda apasionada y la más noble que los príncipes y el pueblo podían hacer a sus Dioses; pero también era el medio más directo y expresivo de interpretar la creación artística.
La Colonia no pudo extinguir la maravillosa vocación artística del indio, a pesar de los medios brutales con que persiguió todas las manifestaciones del arte popular; al contrario, la influencia del mundo español no hizo sino exacerbar esta vocación artística y multiplicar los medios de expresión que el indio tuvo durante el imperio. Así, y no en mucho tiempo, el indio logró una victoria total y sorprendente contra sus persecutores implacables: llegaron a ser los más grandes artistas de la Colonia y la danza teatralizada también se incremento en cierto sentido; la multitud de causas por lo que el pueblo sufría en la esclavitud, su rabia y desesperación, le inspiraron decenas de danzas con las que pudo vengarse, con las que pudo escarnecer a sus opresores y ponerlos ante la mofa de todo el mundo.”…..Jose Maria Arguedas.
A partir del año 1564, las muestras de descontento por los múltiples abusos que los colonizadores infringían al indio, se hizo evidente, tomó fuerza en los andes del Perú, más precisamente en las zonas de Huamanga, Huarochiri, Huancavelica etc.
Una serie de movimientos, sobre todo de carácter religioso y mesiánico, cuya prédica anunciaba el retorno de las HUACAS o como le denominaban los españoles: sus Idolatrías, Los indios decían que estos (Huacas), regresarían para presentar una batalla a los Dioses impuestos, los vencerían y arrojarían al mar a los españoles y a su Dios (el cronista Cristóbal de Molina lo cita en uno de sus relatos). Se trataban de movimientos que, algunos de los cuales, recibieron el nombre de “Taki Oncoy” que traducido es “La enfermedad del baile”.
La empresa de evangelización que emprendieron los españoles y en especial los curas de las diferentes órdenes religiosas, era tan grande que tuvieron que adquirir destreza para componer catecismos, bibliografía y diccionarios para facilitar la cristianización de los andinos. En cumplimiento de la disposición del Concilio de Trento, en 1584 la imprenta de Antonio Ricardo imprimió el Documento “Doctrina Cristiana y catecismo para instrucción de indios”.
Manuel Moncloa y Cobarrubias, en su Diccionario Teatral del Perú, en 1905, nos da pistas sobre el tipo de teatro que emplearon los curas catequizadores en la época de la Colonia.
Los textos más conocidos eran los de la orden de San Jerónimo que, en su afán de vencer las dificultades del idioma, emplearon representaciones escénicas de carácter devocional y evangelizador. Estas formas teatrales ilustraban pasajes bíblicos y conceptos teológicos que era difícil de explicar y traducir a las lenguas quechuas o aymaras.
Una de las representaciones más comentadas y utilizadas para tal fin fue del cura Jerónimo Diego de Ocaña, llamada “Santo Coloquio”, y que los indios la renombraban “KHUSKA PAUCAR” cuya traducción es volar, caminar parejo o caminar juntos. Esta teatralización corresponde a la batalla del Arcángel Gabriel y el Ángel Luzbel o Diablo. La representación estaba cargo de dos personajes, un español casi siempre un clérigo que personificaba al Ángel Gabriel, y el que hacia de Ángel Luzbel o diablo, quien era siempre un Indio. La acción se trataba de que el ángel Gabriel, mediante un diálogo, planteaba las razones para que el indio abjurara de sus padres tutelares o huacas y se convirtiera en cristiano. Así en las primeras presentaciones, era un simple monologo y el Indio vestido de diablo solo atinaba a escuchar y defenderse tímidamente del ataque del español vestido de ángel. Se estima que algunas veces el enfrentamiento terminaba con la muerte del indio.
Con la repetición frecuente de estos pasajes bíblicos teatralizados, los Indios empezaron poco a poco a responder al dialogo que se le presentara, cada vez sus respuestas ponían en jaque a los que oficiaban de ángel Gabriel y, como no tenían respuesta a los diálogos e interrogantes del indio vestido de diablo, el público, en su gran mayoría indios, mostraba su adhesión al “Diablo” y muchas veces la mofa se volvía hacia quien personificaba el papel de “Ángel Gabriel”.
Aquí algunos diálogos recogidos por R.P Honorio de Matos y Fray Florencio de Abaxo, quien fuera Secretario general de Indias:
“Tienen Uds. muchos templos oscuros y adornados sus altares con mi oro, las paredes están llenas de imágenes torturadas y escenas de dolor, y tu Dios es un muerto ajusticiado pero que lo hacen resucitar nuevamente con extraños ritos»
“Mi Padre, el Sol, es alegría, me da vida y mi madre la Pachamama-Tierra- me entrega los alimentos. Cuando comienza el día los pájaros cantan su llegada, cuando La Pacha Mama me entrega sus frutos, canto y lloro de alegría. Acaso tú puedes decir lo mismo, porque tomas lo que no es tuyo”.
“La ley de tu Dios dice que no matarás, que haces entonces matando a mis hermanos. Somos iguales dice tu Dios, pero me maltratas y explotas, te pago impuesto y ¿qué me das?”
Una de las respuestas me llamó severamente la atención y recordé que es un plato que sólo lo comen los indios, la respuesta es como sigue:
“Tu trajiste ajos, cuchis (tradúzcase como chanchos o cerdos) y lo mas valioso es tu trigo. Frente a eso solo te mostrare mi atagito, ese yuyo es mas valioso que tu trigo”
¿Que es al atagito?: Es una hierba de la familia de los amarantos, en la escala gastronómica de los incas estaba en los últimos lugares, no por su valoración nutricional, sino que como crece sin sembrarse o como lo llamamos “hierva mala”. A esta hierba se referían los indios en su dialogo.
Esta hierva se le representa en una vasija a quien le llaman APIÑUÑU, personaje mítico en forma de mujer cuyos brazos terminan en pezones. Se le pide que se apiade de sus hijos, y no se olvide de darles de comer. APIÑUNU (API, sopa o alimento y ÑUÑU, alimento para lactante o pezón de madre), es hija de PUCSI BUALI (Ventura de tener hijos o madre de la fertilidad, se le representa por la flor del GIRASOL).
Según Roger Bendezu Neyra, en su obra “Puquio La Fiesta del Agua”, los indios en 1600 y a raíz de una serie de fiestas donde generalmente se mofaban de los españoles, solían comer una especie de locro de atago y en el mismo plato estaba el trigo y decían que ambos eran iguales. Esta preparación fue prohibida y pasó a ser un plato que, a manera de protesta, los indios suelen comer en fiestas y que, en dicha oportunidad, lo hacían hasta a escondidas.
En la actualidad todavía podemos apreciar que se expende en forma muy humilde y, como entonces, casi a escondidas, tanto la venta como su consumo fueron prohibidos por los españoles, y hasta promulgaron leyes para combatir estas formas de protestas. Solo hay que recordar lo que escribió Bendezu en la obra citada
“Por causa de los rebeldes, celarán los corregidores que no se represente en ningún pueblo de sus respectivas provincias comedias u otra forma de funciones públicas de los que suelen usar los indios para memoria de hechos antiguos”.
“Por causa de los rebeldes mandase a los naturales que sigan los trajes que les señala las leyes, se vistan de nuestras costumbres españolas, que coman nuestras comidas y hablen la lengua castellana bajo las penas mas rigurosas y justas contra los desobedientes”
Desde ese tiempo se viene consumiendo en las poblaciones más humildes del Perú, este plato, “TRIGO CON ATAGO”, y que en muchos lugares lo llaman “YUYO CON ATAGO”; combinado que nace como una forma de protestar por la imposición de nuevos dioses y alimentos. Esta preparación muestra el orgullo que tenían los indios de sus alimentos y la comparación que hicieron ante los que llegaron del viejo mundo.
Autor: Rodolfo TAFUR Zevallos
BIBLIOGRAFÍA
História de las Misiones Franciscanas en el Perú :Fray Bernandino Izaguirre (1619-1921)
Relación de la ciudad del Cuzco: Vasco de Contreras Valverde
Literatura Incásica: Justo Apu Sahuaraura
Las Armas y las letras: Raquel Chang Rodríguez
Roger Bendezu Neyra-Puquio y la fiesta del agua
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