Thomas White, científico de la Universidad Loyola Marymount, ha pedido que a los delfines se les considere como »personas no humanas» para así, hacer un llamado sobre la inconsistencia entre lo que dice la ciencia y cómo se trata a estos animales.
Loli Marino, experto de la Universidad de Atlanta, justificó el pedido de White, asegurando que los delfines “son sofisticados, conscientes de sí mismos, inteligentes y con personalidades individuales, autonomía y una vida interior. Sufren física y psicológicamente al confinarlos en parques marinos”.
Marino es una reconocida estudiosa del cerebro del delfín, y sus investigaciones han demostrado que estos mamíferos son capaces de reconocerse en el espejo, algo que era exclusivo de los primates y elefantes.
Esta información asegura que si el hombre fuera un animal acuático, sería como un delfín. Además, la especialista afirmó que “si usamos una medida de tamaño cerebral relativo llamada cociente de encefalización, los humanos son los primeros. Los delfines van justo detrás”.
Los delfines poseen un lenguaje complejo, urden redes sociales, piensan en el futuro y pueden desvincular la sexualidad de la reproducción, incluyendo también las prácticas homosexuales. Los delfines han aprendido varios trucos mientras están en cautiverio, pueden transmitir sus conocimientos al resto del grupo cuando son liberados. Características valiosas que no siempre van de la mano con los humanos.