Ha llamado la curiosidad en los últimos días, la noticia acerca del consumo de algunos insectos en la dieta alimentaria.
¿Tanto así? Así como lo lee. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), mencióno que los saltamontes, hormigas y otras especies de insectos son una fuente subutilizada de comida para el hombre, el ganado y las mascotas.
Además, unas 2000 millones de personas en todo el mundo, complementan sus dietas con insectos, los que cuentan con una gran cantidad de proteínas y minerales y su consumo tiene un impacto ambiental positivo.
La mayoría de los insectos comestibles son recolectados en bosques, su cosecha es a menudo familiar y cubre la demanda de ciertos nichos de mercado. La FAO afirma que con la mecanización, se puede incrementar la producción agrícola de insectos.
FAO sostiene que «una de las variadas maneras para abordar la seguridad alimentaria para el hombre y el ganado, es promoviendo el consumo de insectos».
«Los insectos se encuentran en todas partes y se reproducen rápidamente» además de que tienen «bajo impacto ambiental», según la FAO. Proporcionan proteína y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado, y son «particularmente importantes como suplemento alimenticio para los niños desnutridos», afirmó.
Los insectos pueden ser ricos tambipen en obre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, selenio y cinc, y son fuente de fibra.
Biólogos universitarios han analizado el valor nutritivo de los insectos comestibles, algunos de los cuales como ciertos escarabajos, hormigas, grillos y saltamontes se acercan a la carne roja magra o el pescado asado en cuanto a contenido de proteínas por gramo.