Un sacerdote de la iglesia de Gloucestershire (Reino Unido), tuvo un estilo particular para conmemorar la solemnidad de Pentecostés: botando juego por la boca.
El reverendo Nick Davies, párroco de la mencionada iglesia, marcó la fiesta del quincuagésimo día después de la Pascua, el Pentecostés, a punta de botar humo por la boca.
»No suelo tener muchos ‘ooh’ y ‘aah’ durante mi sermón, pero durante esa mañana sí», indicó el arriesgado presbítero.
Pentecostés es la celebración eclesiástica que recuerda el descenso del Espíritu Santo mientras los apóstoles estaban reunidos. Ellos, fueron poseídos por el Espíritu y sobre ellos se posaron lenguas de fuego, haciéndolos hablar incluso en otros idiomas. Este suceso ocurrió, luego de 50 días de la resurrección de Jesucristo y 10 tras su ascensión al cielo.
Alrededor de 150 personas se hicieron presentes en la Iglesia para observar el truco durante la misa matutina y quedaron asombrados con la curiosa explicación del reverendo Davies.
‘‘(La historia de Pentecostés) nos recuerda que Dios es como una fogata que arde de amor por nosotros y nuestro mundo» comentó Davies.
»Fue bueno darle a la gente una sensación más ‘wow’ al ir a la iglesia, con el día de Pentecostés, y si podemos enviar a la gente a casa con un poco de ese factor sorpresa, entonces es un día bien empleado», agregó.
Para evitar situaciones de riesgo, el reverendo movió los bancos que están al pie del altar. Nunca, sin embargo, ha tenido un accidente con el fuego, ni humano y en el interior del templo.
»Hubo sugerencias de algunas personas de que desearían deshacerse de las bancas para sentarse, y aunque pensé que podría ser una buena oportunidad, me resistí a la tentación», dijo Davies en 2011.