Si en el Perú, el tráfico de la Avenida Javier Prado causa un estrés incontrolable, en China, un atasco vehicular de diez días se ha convertido en la mayor congestión de autos del mundo.
Miles de coches y camiones llevan diez días varados a los largo de 100 kilómetros en la entrada a la autopista Pekín-Tibet. En esta vía, las obras se iniciaron el 14 de Agosto de 2010, y estuvo terminada recién a mediados de setiembre. El único carril habilitado no es suficiente para absorber la circulación y muchos accidentes la han terminado de paralizar por completo. Según medios oficiales, la velocidad media viene siendo de un kilómetro al día.
La televisora estatal CCTV aseguró que el bloqueo empieza a remitir gracias a 400 agentes desplazados a la zona para dirigir el tráfico, aunque apuntó que el caos puede prolongarse semanas. Mientras eso sucede, los danmificados pasan el tiempo jugando cartas o damas chinas sobre bases de cartón. Otros, han hecho de este suceso un total negocio, pues los vecinos que viven en los alrededores de la autopista, han montado decenas de puestos ambulantes de comida y bebida y cobran por ello precios muy elevados, según han denunciado los conductores. Uno de ellos aseguró que el precio de los fideos se ha cuadriplicado.
Las autoridades señalaron que nunca han pasado por un problema como éste, pese a que el tráfico es una constante en China. Ellos aseguraron a los conductores que tomen un desvío, pero para muchos esto supone un coste en combustible en el que no quieren incurrir.
Las carreteras de China están cada vez más saturadas debido al incremento en el número de vehículos privados y al transporte de materias primas y alimentos a las ciudades. Los embotellamientos causados por accidentes o construcciones son comunes, pero un congestionamiento de diez días es algo muy inusual en cualquier parte del mundo.