Un delincuente puertorriqueño tenía un objeto al que apreciaba mucho: su motocicleta. Una bella Honda, pintada con los colores de la multinacional española Repsol, en la cual se desplazaba continuamente en su trabajo de mensajero.
David Morales Colón, de 22 años, quería tanto a la Honda, que cuando fue asesinado hace dos semanas por sicarios, en Santurce, uno de los barrios de San Juan, se aparecieron en la funeraria con la motocicleta y exigieron que fuera velado sentado en ella, como si todavía estuviera cabalgando por las calles.
Los encargados de la Funeraria Marín accedieron a cumplir con lo que, parece haber sido la última voluntad de Morales, quien estaba fichado por la policía por violación de la Ley de Armas y lo más seguro, es que lo hayan matado por un ajuste de cuentas
La novedad generada por el peculiar velorio movilizó a decenas de personas, adultos y niños, que acudían incrédulos a la funeraria. Algunos de ellos no lo conocían, pero tenían que confirmarlo, tomarle fotos con sus celulares y hasta vídeos.
Expresiones como: “así mismo era él”, “yo no lo creo”, “quedó igualito” , “así mismo la corría para que el viento no le diera en la cara” y “parece que está vivo”, entre otras, se escuchaban constantemente en la capilla donde entraban y salían decenas de personas, entre ellas una gran cantidad de mensajeros, a darle el último adiós.
“Fue el deseo mío. Él era el nene lindo de tío, todo el mundo sabe eso. Esa motora se la regalé yo y quise que fuera mi último regalo y mi último recuerdo”, declaró José Torres, tío del fallecido.
Elsie Marín, una de las propietarias de la funeraria y la embalsamadora del cuerpo, indicó que hizo su trabajo con respeto al sufrimiento de la familia de Morales y no con morbosidad para obtener publicidad.
Explicó que fue un trabajo en equipo junto a su familia, que se preparó igual que los otros cuerpos con los que a diario trabajan, con la única diferencia que fue colocado sobre una motora, en vez de dentro de un ataúd.
“Esto no es morbosidad, no es nada distinto a los otros casos, porque nosotros no necesitamos publicidad. Somos seres humanos que le damos un servicio a una comunidad”, recalcó Marín.