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Tras años de investigación y pruebas sobre el terreno, Yves ha conseguido crear un sistema que le permite volar a 160 Km/h. Para el diseño y personalización de los motores ha contado con la ayuda del constructor alemán JetCat, especializado en turbinas y miniaturas de aviones por control remoto. Las alas están hechas de fibra de carbono y fabricadas en colaboración con la francesa ACT Composites.
El primero de sus más de 30 vuelos exitosos se produjo en 2004, cuando consiguió recorrer 1.600 metros de forma horizontal durante unos cuatro minutos. Posteriormente ha sido capaz de volar con ligeras inclinaciones verticales. Eso sí, necesita algunas ayudas para los momentos más cruciales en todo vuelo: el despegue y el aterrizaje, como podemos ver más detalladamente en el siguiente vídeo.
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Aterrizar sí que puede, pero ayudado por algo tan clásico (y rudimentario en comparación con el su “mochila” de vuelo) como un paracaídas. Además de estas ayuditas, los vuelos duran pocos minutos y no pueden realizarse movimientos excesivamente picados o contrapicados. Pero algo es algo.
[Fuente]