El animal heredó en 2008 una fortuna de 2 millones de dólares y está en paradero desconocido en Florida para que nadie pueda matarlo. Así fue la noticia:
«Leona Helmsley, la reina de los hoteles como se la conocía en Estados Unidos por poseer una de las mayores fortunas de la industria hotelera, decidió regalar la mayor parte de su fortuna a su perro. Leona murió el año pasado y Trouble, que significa problema en inglés, es el beneficiario de la última voluntad de la señora.
El caso ha vuelto a salir a la luz estos días porque se ha sabido que una juez ha decidido que sólo se quede con dos millones de la herencia y los otros diez vayan a instituciones defensoras del animal. Esto significa que se van a destinar a estas asociaciones una cantidad que supera en 10 vez el presupuesto de todas ellas juntas.
Trouble se encuentra en paradero desconocido porque se teme que alguno de los familiares de Helmsley pueda matar al perro. El animal está totalmente vigilado y ha alcanzado tal renombre que una antigua cuidadora suya quiere demandarlo por una mordedura que sufrió hace años.
Helmsley fue conocida por su arrogancia y su poca predisposición hacia las relaciones humanas. En Estados Unidos el asunto ha trascendido incluso a los medios donde ya se hacen bromas en algunos programas televisivos.
La decisión de Helmsley ha creado gran polémica en torno a la familia pero ha tenido un gran beneficiario. Trouble, un maltés que cuenta con nueve años, ha solucionado de por vida todos sus problemas».
Trouble fue en realidad una perrita y ha muerto a los doce años de edad en 2011 siendo incinerada, según anunció un portavoz del fideicomiso que gestiona el legado de la millonaria Leona Helmsley.
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