¿Cómo aprovechar las vacaciones de invierno?

Llegamos a la mitad de año y los niños entran al clásico receso de invierno. Los padres aún tienen ciertos dolores de cabeza al no saber qué actividades realizar con sus pequeños en estas dos semanas.

Algunas actividades que no pueden faltar pueden ser las siguientes:

 

  • Actividades al aire libre, andar en bicicleta, salir a jugar con los amigos, fútbol u otro deporte, etc.
  • Visitas a teatros, cuenta cuentos o centro culturales infantiles.
  • Descansar, ir al cine, dormir una o dos horas más de lo habitual.
  • Conocer más de la ciudad (museos, zoológico, iglesias importantes, entre otros).
  • Realizar actividades en casa. Durante vacaciones, los niños pasan más tiempo en casa y pueden jugar, pero también realizar otras actividades que promuevan la autonomía y valores personales como la responsabilidad, el orden, la limpieza, la disciplina. Enséñele a través de actividades cotidianas, dándoles pequeñas tareas relacionadas al hogar. Por ejemplo, dígale que le ayude a preparar la cena, puede poner la mesa o ayudar a ordenar la ropa. Puede dedicar por lo menos un día a la semana a realizar alguna actividad en especial con su niño, que ambos preparen un postre sencillo o enseñarle alguna habilidad artística que usted domine.
  • Talleres artísticos (teatro, música, manualidades, etc). Los talleres de arte son tan importantes como las actividades académicas que el niño recibe durante el año. A través de la pintura, el dibujo, el teatro, la música, el niño desarrollará la parte creativa de su cerebro, encontrará un canal para expresar sus emociones y su ingenio. Cada taller artístico permite al niño conocer sus propios talentos y desarrollar sus múltiples inteligencias y habilidades.
  • En vacaciones tenemos varias opciones de entretenimiento, diversión y sobre todo actividades que educan a los niños y desarrollan habilidades personales en él. Las vacaciones deberán ser siempre períodos de descanso y recreación, aprovechar el tiempo que tenemos en común con nuestros hijos y disfrutar de estos momentos.

Reglas básicas para los niños que van al colegio por primera vez

No es cuestión de esperar a febrero o Marzo, desde ya hay que estar preparados.

1. Volver a la rutina

Marcar unos horarios fijos unas semanas antes le ayuda a amoldarse mejor a empezar el colegio.

2. Estar tranquilos
Cuanto más confiados se muestren los padres, más seguridad transmiten a su hijo. Y la necesita.

3. Empezar a comprar el material
Es importante hacer la compra del material escolar con tiempo, decidir quién va a llevar al niño al cole y quién le recogerá… También conviene levantarse con tiempo suficiente para hacer las cosas con tranquilidad y evitar posibles contratiempos. Llegar con prisas al primer día de cole nos es nada recomendable.

4. Anima a tu hijo 
Pronto llegará «tu gran día»: conocerás a tus nuevos amigos y profesores, aprenderás a leer… ¡Explícale a tu pequeño las ventajas de ir al cole!

5. Explícale cómo será todo
Hay que hablar del cole, sobre todo a los más pequeños: qué harán en clase, quién les atenderá, para qué sirve el colegio…

6. Prepárate para la despedida
Importantísimo: no aproveches un momento de descuido del pequeño para salir corriendo. Tampoco es recomendable alargar innecesariamente el «hasta luego».

7. Lleva su objeto de consuelo

En las escuelas infantiles los admiten: su peluche favorito, un juguete… Le dará confianza.

8. No engañes a tu hijo
Siempre es preferible contarle «lo que hay» que decirle una mentira piadosa. Si para conseguir que deje de llorar se le pide que no se preocupe, que mamá o papá estarán de vuelta en un momento, la situación puede empeorar cuando vea que no es así.

9. Debes ser tolerante
Durante sus primeros días habrá que permitirle alguna que otra pataleta o dejar que durante la primera semana se comporte de una forma algo más rebelde de lo habitual. Se trata de su período de adaptación y hay que darle un tiempo.

10. No agobies a tu hij
o
Abrumarle con una retahíla interminable de preguntas tras su primer día no facilita las cosas. Cuando se sienta lo suficientemente cómodo en su nuevo entorno, él mismo nos contará sus experiencias.

Cuide a los niños de los males respiratorios con una buena alimentación

La alimentación con leche materna y una oportuna vacuna a los bebés, ayudan a fortalecer el sistena inmunológico y prevenir males respiratorios, por lo que los padres de familia deben estar atentos a estos dos factores.

El neumólogo Fernando Zarzosa, manifestó que los niños menores de 5 años son los más vulnerables a sufrir de males respiratorios, por lo que se hace importante tener un mayor cuidado con ellos.

»En el caso de los menores de dos meses de nacido es importante que se alimenten con leche materna, que es la mejor defensa y nutrición ante este invierno» sostuvo Zarzosa.

Mientras los niños van creciendo, más probabilidades hay que ellos contraigan males respiratorios por lo que es necesario reforzar sus defensas con el cumplimiento del calendario de vacunación, más aún contra males como la influenza, neumonía, tuberculosis, etc.

Además, el clima es un factor importante que provoca el incremento de males respiratorios, como consecuencia de una gran presencia de humedad.

Para ello, se debe evitar la automedicación con los niños, porque hay el riesgo de empeorar su estado de salud y provocar una resistencia del organismo a los medicamentos.

No olvides seguir estos consejos para cuidar a nuestros niños durante el invierno.

Castigar sin necesidad de golpear

Golpear, gritar, insultar, humillar e incluso ignorar a un niño simplemente no educa, sino que perpetúa el ciclo de violencia, deformando sus sentimientos y capacidades como individuo.

A menudo, las conductas de maltrato son protegidas por una cierta cultura de posesividad, donde los hijos son catalogados y tratados como objeto o producto bajo la hipótesis de que »los padres saben siempre lo que hacen». Per, los padres son inconscientes de lo nocivo de dichas conductas.

No es sano castigar a un niño por lo que siente, pues las emociones, aún las agresivas son en principio una realidad y por lo tanto válidas y deben expresarse por un conducto inteligente.

Los padres están en la obligación de corregir a sus hijos, es su responsabilidad guiarlos por el buen camino, aunque a veces parezca insignificante la falta que comentan, se le debe dar la importancia que merece.

En alguna oportunidad, hemos tenido que vivir situaciones de castigo físico. Un azote o una cachetada fueron empleados por nuestros padres para frenar la rabieta o desobediencia de los hijos y se convirtieron en escenas cotidianas en nuestra sociedad que a muchos no les parece muy raro y nada cuestionable.

¿Por qué pegan los padres a sus hijos?

Hay muchos motivos:

-Porque lo consideran oportuno para la educación de sus hijos.

-Porque lo utilizan para descargar sus nervios.

-Porque carecen de recursos suficientes para afrontar una situación difícil.

-Porque no poseen las habilidades necesarias para conseguir lo que desean.

-Porque no definen las situaciones sociales en las que las emiten.

-Porque no consiguen controlar sus emociones.

Si reflexionamos sobre los motivos que llevan a los padres a pegar a sus hijos, nos podemos dar cuenta de que carecen de sentido. La sanción física no debe ser justificada y no convence como una manera de educar, pues producen daño a los hijos y también a los padres por lo que su erradicación es una ética obligación.

¿Cómo cultivar la autoridad?

-Evita los extremos: ni sobreproteger ni el extremo de desentenderse.

-Debes ser un ejemplo acorde con lo que predicas, entre tus palabras y cobras (coherencia).

-Debes establecer una jerarquía de consecuencias ante el mal comportamiento.

-Procura no emplear palabras que hieran, al contrario que ayuden y construyan un entendimiento en su entorno.

-Puedes proponer una conducta meta para que tu hijo la alcance, con acuerdos y plazos fijos.

-Si a la firmeza con flexibilidad y cariño.

-Cuando sea necesario, niégate en una forma clara y sencilla.

-El objetivo es aprender sin pegar, corregir por la conciencia y el respeto por la palabra y la disposición de pertenecer al grupo familiar.

 

¿Qué hacer si el niño tiene miedo a la oscuridad?

Nunca faltan los casos en que los niños experimentan temor en algún pasaje de sus vidas, como por ejemplo a la oscuridad, algo normal en su proceso de desarrollo.

Una de las formas más comunes de miedo a la oscuridad es el miedo a dormir en una habitación con la oscuridad como testigo, interfiriendo incluso el sueño de otros miembros de la familia.

¿Cómo deben actuar los padres?

Limitar los programas de televisión:

Hay programas que pueden estimular la imaginación de los niños, más aún si luego van a ir a dormir a una habitación oscura. Los padres, por ello, deben tratar de limitar la cantidad de programas y comentar con sus hijos que es poco propicio que vean ciertos programas.

Alentar a los niños a que compartan sus temores:

Si los niños comparten lo que temen, les ayudará a sentirse mejor. Muchas veces, ellos no están en condiciones de determinar con exactitud lo que les causa miedo hasta que lo cuenten. Esto ayuda que los padres tengan una idea exacta de lo que sus hijos temen u cuán grave es el miedo.

Enseñar a contrarrestar el miedo:

Los niños pueden poder en práctica algunas actividades para poder calmar el miedo. Por ejemplo, si le tiene miedo a la oscuridad, se le puede enseñar a respirar de manera lenta e imaginar algo relajante. Otro método práctico es el escuchar música relajante.

Utilizar luz gradual:

Los padres pueden conectar a la habitación de sus hijos una luz que pueda graduar. Ellos, pueden ajustar la luz al nivel en que su hijo se pueda sentir cómodo. A medida que pasen los días, los padres pueden poner la luz baja hasta que su hijo pueda manejar ese temor a la oscuridad. Otra opción es que puedan usar una linterna, para que tenga una fuente de luz en caso despierte en la madrugada y tenga miedo.

Recompensar a su hijo:

Cada paso que su hijo pueda dar en el proceso de vencer su temor a la oscuridad, debe ser recompensando. Para ello, los padres pueden acordar un premio, por ejemplo, si el pequeño va para tres noches consecutivas sin levantarse y despertar a los padres.

Alimentación para prevenir la obesidad infantil

altDurante mucho tiempo se ha debatido, cuál es la mejor forma de introducir a los niños a los alimentos sólidos tras el período de amamantamiento.

Algunos estudios se había centrado hasta ahora en saber cuál es el menor momento para dejar de amamantar y no cuál es la mejor forma de introducirlos a la alimentación.

Una nueva investigación revela que lo mejor es ofrecer a los bebés una selección variada de porciones pequeñas de alimentos sólidos, como bocadillos, y dejar que ellos elijan sus favoritos.

Esta libertad de elección, según investigadores de la Universidad de Nottingham (Inglaterra), no sólo tendrá impacto positivo en la formación de hábitos sanos de nutrición, sino además protegerá al niño de una futura obesidad o sobrepeso.

Las recomendaciones de los expertos sanitarios afirman que la mejor alimentación en los primeros meses de vida, es la leche materna y el consejo para las madres es que amamanten a sus bebes durante seis meses.

Pasado este período, la forma tradicional de introducir a los infantes a la alimentación, es darles purés o papillas variadas seleccionadas por la madre.

El estudio siguió a 155 niños de entre 20 meses y 6,5 años, cuyos padres completaron cuestionarios detallados sobre los hábitos alimenticios y preferencias de sus niños.

Entre los infantes, a 92 se les permitió alimentarse solos (con las manos) con bocadillos de alimentos variados y 63 fueron alimentados por sus padres con papillas a cucharadas.

Todos los niños recibieron durante el período de estudio alimentos de todos los grupos: carbohidratos, frutas y verduras, proteínas y productos integrales.

Los científicos sólo encontraron diferencias «significativas» en uno de los grupos alimenticios incluidos en el sondeo.

Los resultados mostraron que los niños que se alimentaron solos solían comer más carbohidratos que los niños alimentados con papillas. Los carbohidratos eran los alimentos favoritos de los niños.

Sin embargo, entre los niños alimentados con papillas, los alimentos favoritos eran los dulces.

«Se observó esta preferencia a pesar del hecho de que junto con los alimentos dulces, los niños alimentados con papillas recibieron más a menudo carbohidratos, frutas y vegetales, proteínas y alimentos integrales que los niños que se alimentaron con bocadillos» afirman los autores.

Al final del estudio se encontró que más niños alimentados con papillas tenían sobrepeso o eran obesos que los niños que comían bocadillos solos.

Tareas escolares en el hogar: ¿Ventaja o desventaja?

¿Es conveniente llevar tareas escolares al hogar? Un debate surge en Francia pues genera diversas posiciones encontradas.

En el país galo, darle a los alumnos de primaria tareas escritas en casa está prohibido por la ley desde el año 1956. A pesar de ello y aunque los profesores intentan dar menos tareas desde hace unos diez años, la gran mayoría de los niños franceses tienen que estudiar luego de un largo día de escuela, que se extiende desde las 8:30 hasta las 16:30 horas.

Para reabrir este debate, la asociación de padres de alumnos más importante del país (Federación de los Consejos de Padres de Alumnos (FCPE)) lanzó en marzo una »quincena sin tareas», apelando a profesores, directores y padres, a boicotear las tareas en casa.

Junto a otras asociaciones, la FCPE denunció una »subcontratación pedagógica» para las familias que supone una injusticia para las más frágiles, con padres que han estudiado menos.

»Desde hace mucho tiempo, denunciamos las tareas en casa, ya que nunca nadie ha demostrado su eficacia. Además, acentúan la desigualdad entre los niños que pueden o no recibir ayuda en casa», indica parte de la presentación de la iniciativa.

El ministro de Educación, Luc Chatel, criticó la iniciativa y denunció su carácter demagógico.

»Renunciar al esfuerzo que representan las tareas en nombre del supuesto bienestar del niño es una idea que no es igualitaria. Porque implica que no sirve de nada trabajar fuera de la clase, cuando se sabe que los hijos de las familias más favorecidas siempre tendrán apoyo en casa», indicó.

Parece que algunas tareas son útiles, como cuando el aluno repasa en casa lo que ha estudiado en clase, pues el cerebro trabaja de noche. Pero, muchas investigaciones sobre el tema tienen a demosrar que las tareas hechos durante las vacaciones sí aumentan las desigualdades.

Otro argumento en contra de las tareas son las tensiones que se crean en el hogar. Algunos padres de han quejado de tener que ayudar a sus hijos al volver a casa después de un largo y pesado día de trabajo.

Esa fue la conclusión a la que llegó la Asociación de la Fundación Estudiantil para la Ciudad (AFEV), El 59% de los padres interrogados dijeron que ayudar a sus hijos con sus deberes escolares era un momento difícil.

En la página web dedicada a esta iniciativa, los padres están invitados a dejar su testimonio. Algunos cuentan su propia experiencia y evocan los conflictos que a menudo surgen a raíz de las tareas escolares.

»Las tareas en casa causan mucho estrés y provocan conflictos entre mi esposo y nuestro hijo de nueve años. Siempre estoy preocupada porque sé que van a terminar peleando», indica una madre en esta página.

Y según la mayoría de profesores, la mayoría está convencida de que el trabajo hecho en casa sea de mucha calidad, Otros ni saben quién lo hace. Pero no imaginan soluciones alternativas.

»Nos dimos cuenta de que, para muchos profesores, las tareas en casa son más bien para los padres y son como la prueba del trabajo que hacen con sus hijos durante todo el día. También es una manera para los padres de participar en lo que hacen sus hijos en la escuela», indicó Patrick Rayou, investigador especializado en ciencias de la educación de la Universidad Paris 8.

Los padres de familia y las tareas escolares

Para algunos Padres de Familia, las tareas escolares se han convertido en una auténtica pesadilla, pues tras una dura jornada de trabajo, llegar a casa y encontrarse con una larga lista de tareas que les han dejado a los hijos en la escuela.

No es una actividad fácil si se trata de niños que están recién en los primeros años escolares, pues requieren de una alta supervisión de parte de los padres.

A muchos padres les toca quitarse la ropa de ‘ejecutivo’ y ponerse el traje de ‘profesor’, completar páginas de libros, cuadernos, estudiar para exámenes cortos, investigar, preparar exposiciones, buscar y pegar recortes es cosa de todos los días.

Muchos padres se saturan con las tareas escolares, pues son ellos quienes al final terminan haciéndolas o simplemente el niño no cumple y es amonestado por sus maestros.

Hacer maquetas, carteles, trabajos manuales, proyectos de artes plásticas, etc., no es cosa que puedan hacer solitos, especialmente los más pequeños, por lo que muchos padres sienten como si las tareas se las hubieran mandado a ellos. Los padres y las tareas escolares.

Muchos padres se sienten agobiadas con la gran cantidad de debes que los niños llevan a casa y critican a la escuela y a los maestros. Además, los niños pueden sentirse cargados pues no les queda tiempo para jugar o haces actividades propias de su edad.

Sin embargo, viendo la otra cara de la moneda, las tareas sirven para practicar lo aprendido en clase, ayudan a que los niños se organicen y promuevan el desarrollo de la disciplina, el compromiso y la precisión, les ayudan a adquirir hábitos y métodos de estudio.

Lo importante es no perder el balance, pues la cantidad de tareas, según los expertos en educación, dependen de la edad y el nivel del estudiante.

Los profesionales recomiendan que un niño de pre-primaria hasta segundo grado, no debe demorar más de 30 minutos por día en hacer su tareas, mientras que para los más grandecitos (3º a 6º primaria), el tiempo que ocupen no debe ser mayor de una hora.

Es importante que los padres de familia se involucren en la supervisión de las tareas de los hijos, pues transmitirá el mensaje de que las tareas son importantes. Es necesario la inversión de tiempo al principio, pero a medida que crecen, se les debe dar cierta independencia para que ellos realicen solos su tarea.

Los padres de familia no deben olvidar que la comunicación con los maestros es vital, los padres deben manifestar sus inquietudes y preocupaciones respecto a las tareas y al desenvolvimiento del niño en la  clase.

Cómo inculcar el hábito de lectura en los niños

La lectura en los niños refuerza sus capacidades lingüísticas, aprenden las palabras de manera más veloz, ayudan a su comprensión y amplian su vocabulario.

Propiciar desde que son niños este hábito facilitará más adelante su desempeño en el área escolar, además de enriquecer su vida y ampliar sus horizontes con nuevos conocimientos.

Cómo incentivo el hábito de lectura en mi hijo

Siempre es mejor acercarlos desde pequeños a los libros. Al comienzo, los padres pueden narrarle cuentos a los pequeños y comprarles libros de acuerdo a su edad.

Se puede usar como gancho inicial cuando son niños muy pequeños, libros con varias ilustraciones, con historias de acuerdo a su edad.

Consejos útiles:

La fuerza del ejemplo
Si los niños observan a sus padres leer usualmente, seguramente lo harán ellos también. Se debe crear un ambiente propicio en la casa para
la lectura, que los niños tengan acceso fácilmente a los libros.

Presentarles libros antes de que sepan leer

Sembrarles curiosidad, narrarles historias, instrucciones de juegos. Indagar en los gustos del pequeño, nunca forzarlos, leer debe ser para ellos una actividad recreativa, los padres deben ofrecerles libros de acuerdo a su edad.

Planificar las actividades del niño

Algunas actividades pueden absorberlos de tal manera que no deje espacio para la lectura, ejemplo de ello son videojuegos o televisión que al ser más visuales y requieren menos concentración pueden hacer menos atractivo el hábito de lectura.

No repetir constantemente lo aprendido

Esto puede provocar aburrimiento en el niño, tampoco obsesionarse y obligarlo a leer todo el tiempo, los pequeños requieren de otras actividades de ocio, como actividades físicas al aire libre, juegos, paseos, sociabilizar con sus compañeros.

 

 

Etapas de alimentación infantil

Una buena alimentación es vital para que le niño crezca sano y fuerte. Comer bien afecta no sólo a su desarrollo físico, sino también a su desarrollo intelectual. Si el niño tiene o no una correcta alimentación durante los primeros años de vida, puede tener un efecto profundo en su salud, así como en su habilidad para aprender, para comunicarse con los demás, pensar analíticamente, socializarse efectivamente, adaptarse a nuevos ambientes y personas y sobre todo, a su rendimiento escolar. Una buena alimentación puede influir notablemente en su futuro.

Una buena nutrición y la práctica de ejercicio es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas en los niños de por vida. La ingesta de nutrientes es distinta en función de las distintas etapas de su evolución.

Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 años) pueden ser devastadores y duraderos. Pueden impedir el desarrollo de la conducta, el cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo.

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