¿Los padres de familia conocen realmente el riesgo de los frutos pequeños que le dan a sus hijos? A ellos les encanta, pero pocos son aquellos que desconocen el riesgo que hay de atragantamiento y asfixia.
Los niños menores de cinco años no deberían comer frutos secos. Sus muelas no tienen la capacidad de triturar las castañas, maní, nueces o almendras. En consecuencia, hay el riesgo que sean aspirados por el pulmón del niño desde la boca hasta las vías respiratorias, sin ir donde debería ir: la vía digestiva. Esto, obstruye la vía aérea del niño y produce una asfixia inmediata con infección incluída en varias zonas del pulmón.
Las almendras y aceitunas son los productos más demandados por los padres de familia. Los niños aprenden a comer lo mismo. En este caso, lo ideal es cambiar las preferencias por papas o embutidos. Los médicos dicen que en el otoño, aumentan los atendimientos en los ambulatorios de casos muy graves de niños con frutos secos dentro de los bronquios y en el pulmón.
Los frutos secos para los niños deben ser molidos o triturados y nunca enteros. En todo caso, si perdió la atención y nota que después de comer un fruto seco, el niño mpieza a toser, a respirar mal y que su carita y labios se ponen de color morado, llévelo inmediatamente a urgencias y a la vez reaccione recurriendo a algunas técnicas de primeros auxilios.
Debe realizar fuertes golpes en la espalda de la criatura, para provocar la tos y expulsión posterior de lo ingerido. Si eso no da resultados, intente comprimir con fuerza el estómago del niño, abrazándolo por detrás.
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