Saber si una perra está o no preñada, no es fácil de detectar. Los signos físicos se evidencian hasta el último tercio de la gestación, como el aumento de las glándulas mamarias y el cambio de color en los pezones, que se tornan más rojizos.
Las hembras caninas suelen presentar cambios conductuales al inicio de la gestación, que puede ser variales. Se muestran más cariñosas y tratan de llamar la atención de sus amos, son irritables con los extraños y se aislan del grupo familiar.
La pérdida de embriones durante la preñez se debe en buen porcentaje a una mala nutrición, por lo que es necesario vigilar de cerca la alimentación de tu mascota durante ese período.
Es normal que las perras preñadas presenten inapetencia pasajera las primeras 3 semanas de gestación y después manifiesten un gran apetito.
Conviene adecuar la cantidad y calidad de los alimentos a partir de la tercera semana de gestación. Consulta con tu veterinario para no caer en la sobrealimentación, que podría estimular el desarrollo exagerado de los cachorros, provocando problemas al momento del parto.
Se recomienda ofrecerles dos porciones diarias de alimento balanceado o bien distribuir el alimento en varias porciones durante el día, ya que el aumento del útero no les permite ingerir grandes cantidades de alimento.
Entre otros cuidados prenatales, se le debe practicar a la perrita dos desparasitaciones durante la gestación, disminuir el adiestramiento y los ejercicios violentos, cambiándolos por paseos suaves.
Se le debe preparar un lugar limpio y cómodo para que nazcan los cachorros y sobretodo, brindarle a la mascota mucho cariño durante este período tan especial.