Normalmente se conoce como Capillo a los recuerdos que se entregan a los invitados en el bautizo católico, sin embargo, he visto que hay una tradición perdida que es muy diferente y divertida.
En algunos pueblos del interior del Perú, normalmente los bautizos se realizan los sábados entre 7 y 8 de la noche (ahora creo que en cualquier hora del día) y una vez realizada la ceremonia salen de la iglesia la familia y padrinos como es normal, pero aquí sucede algo curioso.
Una vez fuera de la iglesia siempre hay un grupo de niños que espera con ansias la salida del padrino y le gritan “CAPILLO ¡ CAPILLO!”
El padrino mete las manos a los bolsillo y saca un puño de monedas, mayormente de 10 céntimos, en menor cantidad de 20 céntimos , escasos 50 céntimos y muy pocos de 1 sol, estas monedas vuelan por los aires y caen al piso donde los niños se lanzan a tomarlos. La suerte y rapidez de algunos niños los hace recoger más dinero que otros.
Este reparto de monedas al azar se le considera como una bendición y si el padrino no lo hace, recibe las maldiciones de los niños.
Algunos niños más osados persiguen a la comitiva de familiares e invitados y gritan “PADRINO PATA DE CANDADO TIRA EL CAPILLO O SE TE MUERE EL AHIJADO” y obligan a que éste siga lanzando monedas camino a la casa donde se realizará la recepción y fiesta por el bautismo. (al ser un pueblo chico, todas las casas están muy cerca)
Hoy en mi familia cuando hay un bautizo, exigimos a los padrinos el “Capillo” (en casa por supuesto) y se lanzan monedas de todo valor, mientras que grandes y chicos se divierten compitiendo por quien consigue mayor cantidad.
Según la Real Academia de la lengua Española, Capillo significa: “Puñado de monedas con que el padrino de un bautizo corresponde al grito de ¡capillos!, que le dirigen los muchachos reunidos en el exterior de la iglesia.”
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