Todos hemos visto que don Evo se la pasa hablando mal del Perú, de los peruanos y de don Alan, bueno de este último no nos importa, pero lo malo es que este personaje es el presidente del Perú y su investidura nos hace quiérase o no defenderlo, entiéndase bien que no es por su persona, sino por el cargo que ocupa.
Hay algo que ha pasado desapercibido y es que don Evo no habla mal del Perú y de los peruanos por las puras, según mis deducciones, esto parece ser una campaña sistemática con dos razones:
1.- Entretener a su pueblo con escándalos de dimes y diretes, por supuesto un boliviano tendrá que ponerse del lado de las versiones de su país y así Evo siempre gana simpatía de su pueblo.
2.- Esta segunda razón va más allá y se trata de una estrategia más que mediática, geopolítica que pretende causar simpatía entre los peruanos con las ideas socialistas de Venezuela, Bolivia y Cuba, esta simpatía causa rechazo a la política local y predica que todo está perdido, que la clase política esta podrida, que las instituciones no sirven y que un presidente como Chávez podría salvar al Perú. Los ataques de Evo no son por esta razón cosas de la casualidad o de un rencor personal, sino que podría ser parte de una campaña regional para tratar de convulsionar el país y dejar expedito el camino para un candidato «rebelde» y aliado a ellos.
Todas las campañas de este estilo no son completamente buenas y aquí viene la «Medita de Pata» de Evo.
La diablada es compartida entre «Perú-Bolivia», este cuestionamiento y críticas hacía el Perú ha hecho que Puno, el departamento cercano a Bolivia y que comparte razas y tradiciones, el cual siempre ha sentido admiración por Evo, ahora se le haya volteado.
Ahora los puneños ven con animadversión a Evo, se les cayó el hombre que admiraban, métanse con Alan, pero nunca y sobre todo nunca con la Diablada.
Parece que los asesores de don Evo y él mismo Metieron la Pata y nada hará que los habitantes del altiplano del Perú los haga cambiar de opinión. Hay que recordar que Bolivia fue el Alto Perú y que existen familias enteras que sólo los separa una frontera, pero no un corazón.
Hay que esperar que los peruanos no se dejen llevar por las campañas antidemocráticas, que no nos dejan prosperar, hay de desterrar la envidia de los que no avanzan, por que el progreso de algunos, poco a poco es el progreso de todos, hay gente de la sierra que protesta y con mucha razón por algunas obras importantes para ellos, pero que bloquean carreteras deteniendo al turismo y es justamente el turismo quien le da trabajo a taxistas, vendedores de mercados, albañiles, ambulantes y no solamente a los hoteles que aparentemente directamente se llevan todo el dinero.
El turismo, las minas, las empresas agroindustriales, los transportistas y demás empresas grandes le dan trabajo a un número pequeño de peruanos, pero esa gente consume en las calles y paga a gente que lleva otras profesiones y oficios, por lo tanto toda actividad, genera más comercio y poco a poco mejora la economía de todos.
Antes de pensar en destruir, pensemos en construir, se han preguntado ¿por qué nadie hace una huelga de más trabajo? O un grupo de trabajadores que digan que van a trabajar cada domingo hasta que los escuchen? El día que pasé eso EL PERU MEJORARA.