La infidelidad es una de las etapas más complicadas que una pareja debe afrontar. Cuando el rompimiento es lo más lógico, hay algunos aspectos que se deben tener en cuenta para evitar la separación definitiva:
Afontar la realidad: No debes apelar a la mentira si tu pareja tiene indicios claros de que estás manteniendo una relación con otra persona. Es recomendable empezar a afrontar la verdad cuanto antes en vez de prolongar la agonía de la duda.
No conviertas a tu pareja en tu confesor ni mucho menos consejero: No necesita saber todos los detalles de alcoba, aunque lo importante debe ser dicho con claridad, especialmente en lo que se refiere a tus intenciones de continuar o no con la relación.
No aceptes ningún tipo de violencia de tu pareja, ni física ni psicológica: Aléjate y vuelve a intentarlo en otro momento.
Si se mantienen las formas, por muy mal que te sientas no huyas, no la dejes con la palabra en la boca.Saca fuerzas de flaqueza e intenta digerir el dolor y comprender si deseas superar la crisis de pareja.
Si eres la persona responsable de esta infidelidad, tienes también una gran responsabilidad para dirigir la situación; comunícate con el máximo amor y respeto posible.
Evita dramatizar: No des por hecho que ya se ha acabado todo con tu pareja. Piensa si aún sientes amor y deseos de seguir esta relación. Si es así, no pierdas este objetivo de vista en ningún momento.
Elabora un plan de reparación de los vínculos que han sido dañados como la confianza y la autoestima. La persona causante estará en mejor situación de ponerlo en marcha. Denle prioridad a este tema sobre todos los demás.
Si sufres por el dolor de tu cónyuge, es necesario que lo hagas saber. Pero no pierdas de vista en ningún momento que ante todo te debes fidelidad a ti mismo(a).