Pareciera que algunas males del cuerpo se pusieran de moda, pero para cualquiera de ellas debemos buscar el origen para evitarlas o darle solución.
Este artículo trata de explicar como se lleva a cabo una parálisis facial y cual son sus síntomas para detectarlo y posiblemente tratarlo antes que sea demasiado tarde.
«Después de toda una vida de hacer casi todo lo que yo le ordenaba, un día la mitad de mi cara decidió declararse en huelga», relata una persona afectada por este mal.
«Desde el lado izquierdo de mi frente al lado izquierdo de mi mentón, todos mis rasgos faciales se paralizaron».
«No puedo levantar la ceja, ni cerrar mi ojo y cuando trato de sonreír, aunque el lado derecho mi boca actúa servicialmente para cumplir, el lado izquierdo se rehúsa».
Enfermos célebres
Esta enfermedad, también llamada parálisis de Bell, no es lo mejor que puede pasarle a nadie que necesite usar la cara. Y por los muchos informes en internet, mucha gente que lo padece continúa viviendo su vida normalmente.
Se dice, que tanto George Clooney como Sylvester Stallone han sufrido la parálisis y se han recuperado.
La parálisis de Bell debe su nombre a Charles Bell, el anatomista y cirujano del siglo XIX que fue héroe de la batalla de Waterloo y quien descubrió la función del nervio facial.
El nervio facial atraviesa un pasaje estrecho de hueso cerca del oído. Cuando ocurre una baja en el sistema inmune, un virus latente, casi siempre el de varicela o herpes, se activa y ataca al nervio causando inflamación.
Inflamación
En ocasiones esto puede ser provocado por un evento. Puede ser tan simple como una herida leve en el ojo, pero otras veces no hay una causa aparente.
El resultado de la inflamación es una constricción del nervio facial dentro del pasaje óseo, lo que a su vez causa la parálisis.
No importa cuánto se esfuerce el cerebro por enviar sus mensajes al resto del cuerpo: desde el punto de la inflamación, la cara permanece en silencio.
Las miles de terminaciones en las que el nervio facial se divide, que van hacia las mejillas, la frente, labios y párpados, que son responsables de cada emoción, desde una sonrisa, un guiño del ojo, hasta un ceño fruncido, están suspendidas e incomunicadas.
Charles Bell ciertamente notó las caras paralizadas en las calles de su nativa Edimburgo hace 200 años y lo que fue cierto en aquél entonces, es cierto hoy en día.
La parálisis puede afectar a cualquier persona de cualquier edad, género o raza y aunque se le clasifica como enfermedad «rara», es suficientemente común para que una de cada 60 personas experimente un episodio en algún momento de su vida.
La buena noticia es que la mayoría de la gente puede recuperarse totalmente en el espacio de unos meses.
El nervio, con el tiempo, puede recuperarse y regenerarse.
La mala noticia es que una minoría de pacientes quedan con efectos permanentes, a veces graves. De cualquier forma, el trastorno puede durar semanas o meses y vivir con una parálisis facial puede ser muy difícil, al menos socialmente.
Y para quienes no logran recuperarse completamente la enfermedad puede ser devastadora.
Síntomas de la parálisis de Bell
- Debilidad o parálisis en un lado de la cara que causa inclinación de la boca.
- Dificultad para cerrar los párpados.
- Problemas para comer o beber.
- Dificultades en el habla.
- Sentido del gusto alterado o reducido.
- Mayor sensibilidad al sonido en el oído afectado.
Fuente: [BBC Mundo]