HASTA CUANDO LA INSEGURIDAD CIUDADANA
En la mayoría de las grandes urbes de Latinoamérica, sus sociedades viven con una permanente percepción de vulnerabilidad frente a los delitos y los accidentes de tránsito, hay cifras que son realmente impresionantes, ello ha generado como respuesta de la sociedad en su conjunto un temor generalizado, contagioso, compartido, en algunos casos diría hasta exagerado, además es retroalimentado en esta era mediática en donde todas las percepciones y sensaciones se extienden y multiplican, pero es una verdad que el riesgo ciudadano hoy se ha incrementado, en mi País el Perú.Por ejemplo desde hace tres años los sicarios viene golpeando en la ciudad capital, tenemos delincuencia foránea de México y Colombia, el incremento de los crímenes es real, existen nuevas formas de delincuencia (los topos), además la falta de una respuesta eficiente de la seguridad pública y la justicia, están acrecentando la inconformidad social, hasta el punto que están tomando justicia con mano propia en algunas zonas, las encuestas, foros, opiniones o debates públicos, señala que la inseguridad ciudadana debe ser debate en cualquier agenda publica ya que está directamente relacionada con la gobernabilidad, sin duda es un tema de propuesta para cualquier político, aunque en la práctica está demostrado que una vez elegidos, no conozcan como enfrentar esta problemática. Mi propuesta desde hace varios años es que debemos empezar a reformar las principales instituciones de la seguridad pública, que son: la Policía, la Fiscalía, el Poder Judicial y los sistemas penitenciarios. Sin un trabajo articulado y eficiente de estas Instituciones, las tasas delictivas continuaran aumentando, el Estado tiene la obligación de garantizar la seguridad de cualquier ciudadano y para que ello ocurra deberá existir eficientes políticas de Estado. Por citar un caso, el secuestro y muerte de la niña de ocho años ocurrido en la ciudad de Chimbote en manos de su prima y novio de 18 años y estudiantes universitarios, está reflejando el alto grado de descomposición moral en que vivimos, cuando la muerte violenta se convierte en un hecho cotidiano, es que el riesgo ciudadano se ha incrementado en forma significativa, el accionar del pandillaje y las barras bravas son un claro ejemplo de la violencia de nuestra juventud, estoy de acuerdo que este es un problema multicausal, pero en mi opinión nace esencialmente de una falta de educación apropiada, siendo necesario trabajar varios puntos de acción, entre ellos tenemos:
1.- Educación
2.- Salud
3.- Desarrollo
4.- Legalidad jurídica- fortalecer el marco legal
5.- Procuración de justicia
6.- Información y Estadísticas para la prevención
7.- Participación ciudadana y medios de comunicación
Cualquiera sea la estrategia, se debe integrar a la sociedad de tal manera que se adopte tanto la cultura de prevención o la denuncia del delito en un hecho cotidiano, el objetivo es disuadir a los potenciales delincuentes y disminuir las oportunidades para que se puedan cometer actos ilícitos. Sólo con una masiva participación social se verá fortalecida la seguridad ciudadana.En la próxima campaña electoral los candidatos deben considerar la problemática de los menores infractores y la inimputabilidad. Existe un agravamiento de los delitos que cometen los adolescentes y que esto también constituye el desborde en nuestro país. Existen propuestas en el sentido de variar la edad en que se considera a los menores aptos para responder por sus actos, sin embargo, otros expresan que se debe mantener la edad de la inimputabilidad en los 18 años. Lógicamente, que rebajar la edad de la inimputabilidad es criminalizar a los menores, lo cual es un error porque estarían sometidos al Código Penal vigente. También se necesita que la reinserción a la sociedad se haga en centros de rehabilitación que manejen un concepto integral de la persona, donde los infractores “trabajen y estudien”, caso contrario “su destino es seguir por la carrera de la delincuencia”. Particularmente, considero que el problema está en otro lado, porque existen experiencias en otros países y no cambió nada. Es imprescindible cambiar todo el modelo, lo que implica cambiar algunas leyes vinculadas a la patria potestad, ya que la familia está muy desintegrada.En la sociedad peruana los menores infractores tienen el“discernimiento” necesario, para conocer perfectamente lo que significa su obrar delictivo, si bien es cierto que en otros países responsabilizan severa y efectivamente a los padres de los menores infractores, es decir, que los padres se responsabilicen y respondan por los delitos cometidos por sus hijos, y hacerlos pasibles de penas alternativas, entre ellas los trabajos comunitarios., seria materia de un estudio para nuestra realidad. Propongo la necesidad de generar comisarías especializadas en el manejo de menores y endurecimiento de las medidas contra el consumo de alcohol y drogas por parte de los menores. CESAR ORTIZ ANDERSON PDT. DE APROSEC [email protected] www.aprosec.net Cel.:9 9931-6197