Sin duda cualquier hombre de bien quisiera llevar a su país a un mejor destino, abriendo por ejemplo mas espacios para que el beneficio económico pueda llegar a la mayoría, tener un correcto manejo con lo relacionado al apoyo social y que las instituciones publicas sirvan de solución a los problemas de los ciudadanos, por ejemplo, entrando a mi tema, que la policía brinde un eficiente servicio, que exista justicia en el País, que nuestras cárceles sean seguras y cumplan con su rol de inserción del interno a la sociedad, hay dos elementos que debemos combatir sin darles tregua, la corrupción y la impunidad, una se alimenta de la otra y caminan de la mano.
La finalidad de un mensaje presidencial no debería constituir únicamente en informar sino, sobretodo, en orientar, en ofrecer a la ciudadanía la posibilidad de interpretar y de sacar sus propias conclusiones, es por ello en una opinión muy personal, no debería ser solo un recuento de los logros, logros que por otra parte son la culminación iniciadas por anteriores gobiernos , desde la época de Fujimori, Paniagua y Toledo, siguieron sembrando cosas importantes e interesantes, el mensaje incluso no tuvo la retórica a la que nos tenia acostumbrado García, lo importante para la mayoría de ciudadanos es que el mensaje detalle aquello que incide sobre la dinámica de la vida nacional, aquello que conforma nuestro presente y que influirá sobre nuestro futuro, lo recorrido sin duda es importante, pero lo es mas aun el vislumbrar lo que se debe recorrer.
García dio su penúltimo discurso de este su segundo mandato, fueron casi 90 minutos de propuestas muy generales sin entrar en el Cuando, el Como y el Cuanto, no se escucho nada sobre nuevas reformas o políticas, fue un mensaje sin pena ni gloria, mas allá de algunas propuestas que producirán debates y polémicas, como la construcción de un penal en la selva para la corrupción, será que es una premonición de la cantidad de corruptos que pagaran sus penas en algunos años, quien sabe, ya que de los 44, 988 presos que hay en el país, menos del 1% están allí por delitos de corrupción, además si se refería a rehabilitar el Sepa colonia penal agrícola que funciono a orillas del rio Urubamba, entre los años 1951 al 1992 y que fue abandonada luego de un ataque de terrorista, seria algo sumamente costoso y casi inviable, ya no es una zona despoblada, sino todo lo contrario, el gas de camisea, madereros y grupos de colonos están en sus alrededores, de las siete metas que propone para este cuarto año de gobierno, la seguridad y el orden, con la meta de colocar a todos los policías en las calles y un combate a la delincuencia así como a los rezagos del terrorismo, es una propuesta bienvenida, veremos el desarrollo de la misma.
CESAR ORTIZ ANDERSONAPROSEC
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