El proceso para limpiar y desatascar un sifón variará ligeramente dependiendo del modelo. En primer lugar podemos recurrir a los productos químicos desatascantes de venta en cualquier supermercado. Estos productos, generalmente líquidos aunque también los hay granulados o en polvo, suelen estar fabricados a base de sosa cáustica, lo que debemos tener en cuenta pues al entrar en contacto con el agua del sifón es van a liberar vapores tóxicos. Deberemos ventilar bien el baño o cocina. La eficacia de estos productos es muy variable dependiendo de su composición y del origen del atasco, pero siempre deberemos tener cuidado con ellos. Además de los posibles vapores tóxicos, y el daño medioambiental que causa el producto en sí, en ocasiones incluso existe la posibilidad de que llegue a dañar el propio sifón. Deberemos seguir las instrucciones al pie de la letra.
Otra forma sencilla de intentar desatascar un sifón es recurrir al uso de las conocidas ventosas desatascadoras, en combinación o no con los anteriores productos químicos. Pueden sacarnos de un apuro, pero si el atasco es importante no serán suficientes.
Si todo falla, no quedará más remedio que vaciar a mano el sifón:
Si se trata de un sifón integral, el modelo más simple, nos encontraremos con un sifón de una única pieza (de diversos materiales como gomas, PVC, o incluso plomo) unido al lavabo por un extremo y a la tubería de desagüe por el otro. La unión se realiza ya sea mediante tuercas roscadas, o mediante simples abrazaderas. Su limpieza implica extraerlo completamente.
Si se trata de un sifón de botella encontraremos que la base del sifón puede destornillarse completamente, bien sea a mano, bien sea mediante un destornillador o una llave. Al sacar la base del sifón encontraremos una junta que proporciona estanqueidad, conviene cambiarla aprovechando la limpieza.
Otro tipo de sifones incorporan un tapón de registro en un lateral a través del cual se puede acceder a su interior para limpiarlo.
En los tres casos deberemos tener en cuenta que en el interior del sifón se acumula una cierta cantidad de agua para evitar que los malos olores procedentes del alcantarillado lleguen hasta nuestra casa, así que cuando lo desmontemos va a caer inevitablemente; conviene situar un cubo o palangana debajo. Una vez desmontado podemos limpiarlo con la mano, o con ayuda de un alambre si no alcanzamos la causa del atasco.
Si el problema no se encontraba en el sifón sino en la tubería que hay tras él, podemos recurrir al uso de un cable guía flexible. Estas guías son unos cables metálicos bastante flexibles de varios metros de longitud con una manivela en un extremo, y un alambre rígido tipo sacacorchos en el otro. Su uso es sencillo: una vez retirado, o abierto, el sifón se introduce el “sacacorchos” por la abertura, y vamos empujando el alambre cada vez más dentro de la tubería al tiempo que giramos la manivela en el sentido de las agujas del reloj hasta dar con el atasco. Una vez tengamos el problema enganchado tiramos del cable hacia afuera para sacar la obstrucción.