De una forma sencilla veremos como retapizar un puff con una tela nueva, esto nos permitirá seguir usándolo por mucho tiempo más.
Lo primero es quitar todo el tejido, grapas y restos del tapizado anterior. Es importante escoger un buen tejido, que sea resistente, que aguante bien la decoloración por uso, y que no se deforme. Puede ser desde una simple loneta a una chenilla o un brocado si te gusta lo neobarroco.
Unas tijeras de costura, adhesivo en spray y una buena grapadora eléctrica son tus aliados en este trabajo. Y, por supuesto, un pequeño trabajo de medir, cortar y coser la tela.
Además de la tela exterior, necesitas material para acolchar ligeramente, aunque no es necesaria la espuma. Es ideal el tejido sin tejer que venden para este tipo de usos en las ferreterías y los centros de bricolaje. Lo mejor es pegarlo con un buen adhesivo en spray para un trabajo limpio y sin restos.
Necesitas confeccionar una funda con cuatro piezas a la medida de los laterales del puff, con sus cuatro costuras (calcula 6 cm más por pieza de la medida que obtengas con la cinta métrica para las costuras). Esta funda tendrá la forma de un cuadrado hueco si el puff es como el nuestro, y debe quedar bastante ajustada. Cuando vistas la base con ella es importante que ajustes las costuras exactamente al ángulo para que no queden torcidas.
No es necesario que hagas un dobladillo en la parte inferior de la funda, pero sí que dejes unos 6 cm sobrantes. El dobladillo lo haremos manualmente mientras grapamos con nuestra grapadora eléctrica a la base del puff, rodeando las patas.
La tapa también se forma con tela sin tejer para dotarla de un ligero acolchado. Ahora vamos con la funda de la tapa, que tendrá las medidas de la tapa superior del puff (prevé siempre 2-3 cm para las costuras), ajustada a cuatro laterales cosidos entre sí, de la medida de la tapa más 6 cm de holgura para remeter. Prevé un espacio para las bisagras que unirán la base del puff con su tapa, cortando con unas tijeras en el punto exacto. Lo más fácil es pegar en ese punto el tejido, y dejar las grapas para el resto.
Abre la tapa y ajusta el tejido sobrante en los ángulos, cortando lo que sobre con una tijera.
Ahora grapa el tejido sobrante al interior de la tapa, sujetando con las manos para que ajuste perfectamente.
Ya estamos a punto de finalizar el trabajo. Rematamos con una tira de tejido cosida todo el perímetro interior de la tapa del puff para que nos quede impecable y no se vean las grapas. Esta tira se pega con un buen adhesivo. Pregunta en la mercería por algún tipo de tela tipo galón (o pasamanería sencilla) para no tener que coser la tira que remata el trabajo por dentro.
Ya tienes tu puff tapizado y perfecto para aguantar otros tantos años!! Es perfecto para utilizar como asiento cuando vienen invitados, pero también como prolongación del sofá en plan chaise longue o como moderna mesa auxiliar tapizada.