La Sra. Ipanaqué estaba caminando por la calle cuando se cruzó con el padre Rodríguez.
El padre le dijo: ‘Muy buenos días! ¿No es usted la Sra. Ipanaqué a quien casé hace dos años’?
Ella contesto ‘Efectivamente padre soy yo’.
¿Y no han tenido niños aun?
No padre, aun no.
El padre dijo: ‘Bueno, yo estoy yendo para Roma la semana entrante así que prenderé una vela para usted y su esposo’
¡Oh!, padre, muchas gracias.
Y ambos siguieron su camino.
Muchos años más tarde se encontraron nuevamente.
El sacerdote preguntó: Bueno Sra. Ipanaqué ¿cómo se encuentra usted ahora?
Muy bien padre.
Por favor dígame, ¿han tenido niños ya?’
¡Oh!, sí padre, 3 pares de mellizos y 4 criaturas más. En total 10
¡Bendito sea el señor! ¡Que maravilla!
¿Y dónde está su amante esposo?
Ella contestó:
Camino a Roma ¡a ver si puede apagar la maldita vela que usted prendió!