Un maestro explicaba que los sustantivos tienen género y se designan como masculino o femenino. La casa es femenino. El lápiz es masculino.
Un estudiante preguntó: ¿Cómo se debe decir, computadora o computador? En lugar de dar una respuesta, el maestro dividió la clase en dos grupos: varones por un lado y mujeres por el otro, y les pidió que decidieran si la computadora o el computador debe ser masculino o un nombre femenino.
Le pidió a cada grupo que fundamentaran su decisión en al menos 4 argumentos.
El grupo de los hombres decidió que la computadora debe ser, definitivamente, del género femenino (la computadora) porque:
1- Casi nadie entiende su lógica interna.
2- El idioma nativo en que ellas se comunican entre sí es incomprensible para todos los demás.
3- Incluso los errores más pequeños se guardan en memoria de largo plazo para su posible revisión mucho tiempo después.
4- En cuanto usted tenga una, se encontrará gastando al menos la mitad de su sueldo en accesorios para ella.
El grupo de las mujeres, sin embargo, concluyó que los computadores deben ser masculinos (el computador) porque:
1- Para hacer algo con ellos, usted tiene que encenderlos.
2- Ellos almacenan muchos datos, pero todavía no pueden pensar por sí mismos.
3- Se supone que ayudan a resolver los problemas, pero la mayor parte del tiempo, ellos son el problema.
4- Apenas usted tenga uno, comprenderá enseguida que, si hubiera esperado un poco más, podría haber conseguido otro mejor.