Un joven canadiense decidio poner en marcha un experimento para demostrar si la falta de aseo tiene consecuencias higiénicas. Para ello, vicitó un pantalón vaquero durante 450 días, sin quitarsela ni para dormir. Logró su cometido, aunque quedó con un olor terrible.
Josh Lee, estudiante de 20 años de la Universidad de Alberta, estableció un récord al utilizar el mismo pantalón durante 15 meses sin darle una limpieza.
No fue motivado por la comodidad, sino que buscaba demostrar que la falta de lavado no acarrea dificultades higiénicas serias. La experiencia se llevó a cabo entre septiembre de 2009 y diciembre de 2010, como parte de un experimento para chequear el volumen de suciedad que pueden acumular los vaqueros.
Luego de 450 días de uso, evitando los lavados y fomentando el desgaste y las manchas, Lee tomó una muestra del pantalón para poder comprobar el nivel de bacterias acumuladas en la prenda.
Mientras se realizaban los análisis, Lee lavó el pantalón y volvió a realizar la experiencia del uso constante, pero durante apenas dos semanas. Una vez más, comprobó el nivel de bacterias en el tejido con una nueva muestra.
Ante su sorpresa, el resultado fue similar. La mayor cantidad de bacterias se localizó en el área púbica, donde se contabilizaron entre 8.500 y 10.000 unidades bacteriales por centímetro cuadrado.
El estudio es especialmente paradójico, porque durante los 15 meses el pantalón fue sometido a condiciones muy duras de uso. Josh Le durmió con él puesto, se secó el sudor de sus manos y tiró comida en la prenda de vestir.
«Quería llevarlos al extremo», dijo Lee en una declaración que aparece este viernes en el periódico The National Post.
El experimento fue supervisado por la profesora de Ecología Humana de la Universidad de Alberta, Rachel McQueen, quien señaló que los resultados indican que los pantalones sólo necesitan ser lavados una vez al mes.
Pero McQueen advirtió que Le es una persona sana y que los resultados son el fruto de sólo un experimento. El estudiante sí confesó que el mayor problema fue el olor, especialmente a partir del séptimo mes, después de un viaje a California.
«Olían realmente mal. Era cálido y húmedo, las condiciones perfectas para la reproducción de bacterias», reconoció Lee.
Foto: National Post