Un británico de 52 años patentó en 1979 un aparato considerado el antepasado del iPod. Apple reconoció hace un año, durante el juicio con Burst.com, que Kane Kramer fue el primero en idear esta tecnología, aunque nunca ha recibido compensación ecoómica por ello.
Imagine que hubiera usted tenido la genial idea de inventar un aparato capaz de revolucionar una industria entera y vender más de 160 millones de unidades en todo el mundo, Probablemente sui vida quedaría resulta y su nombre pasaría a los anales de los grandes inventores de la historia… Desgraciadamente, no es el caso de Kane Kramer.
Kramer es un británico de 52 años, que dejó los estudios a los 15. Las dificultades económicas que ha atravesado durante el último año le obligaron a vender su casa, para hacer frente a sus deudas y sacar adelante a sus tres hijos. Y todo ello pese a ser el primero que tuvo la idea de diseñar un reproductor digital de música, el antepasado del iPod.
En el juicio que se celebró hace un año en California entre Apple y Burst.com, por la que ésta solicitaba a la compañía de Steve Jobs una parte de los beneficios generados por la venta del iPod alegando poseer la patente de su tecnología, Apple presentó documentos que reconocían a Kramer como el verdadero pionero de esta idea.
Fue hace casi 30 años, en 1979, cuando Kramer ideó lo que bautizó como IXI. Básicamente, se trataba de un aparato del tamaño de una tarjeta de crédito, con una pantalla y un botón central para desplazarse por las diferentes canciones almacenadas.
En aquella época, la capacidad máxima de almacenamiento que permitía un chip eran 3,5 minutos de música, pero Kramer estaba convencido (acertadamente) de que con el tiempo aumentaría el almacenaje.
Kramer tuvo su idea en suspenso durante varios años, pero en 1988 se vio incapaz de reunir las 60.000 libras necesarias para renovar la patente en 120 países, por lo que ésta pasó a ser de libre disposición.
El pleito entre Apple y Burst.com se zanjó con un acuerdo extrajudicial, pero Kramer, que incluso se desplazó a la sede central de Apple en California, no sacó nada de aquello, excepto una compensación por su colaboración en el juicio.
Actualmente, Kramer negocia con Apple para obtener algún tipo de indemnización por el copyright de su invento. Las cosas no marchan demasiado bien para él en los negocios. Recientemente ha cerrado su negocio de diseño de muebles, y asegura no tener dinero ni para comprarse un iPod. “Apple me regaló uno, pero se me rompió después de ocho meses”.
Eso sí, como inventor no pierde la moral, y asegura estar trabajando en un producto que será aún más revolucionario que el iPod. Se llama Monicall, y permitirá grabar conversaciones de teléfono y reenviarlas como un archivo de audio por correo electrónico.
Es de desear que esta vez tenga más suerte.
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