Cuando aparece un nuevo campeón mundial, se habla de los secretos del ganador, de algunas claves para alcanzar el éxito y demás cosas. De Alemania se sabe algo llamativo, pues pasar 30 días o más al otro lado de Europa no es tarea fácil, pero lo hecho por los alemanes es digno de un auténtico espíritu deportivo y social.
Cuando se aseguró su clasificación al Mundial, en Alemania no perdieron tiempo y decidieron buscar un lugar para establecer su campo de concentración. Tras dar varias vueltas no encontraron el hotel ideal que deseaba el DT Joachim Löw. En realidad si había uno, pero no estaba construido; estaba en Santo André, un pequeño pueblo, casi una aldea, al sur de Salvador de Bahía.
Löw y su cuerpo de asistentes preguntaron a al Federación si existía la posibilidad de crear un complejo hotelero en el corazón del pueblo. A los ejecutivos les pareció una broma pero tras pensarlo bien, aceptaron «la locura» y se pusieron manos a la obra para trabajar en el «fuerte» del seleccionado teutón en Alemania.
A unos 30 kilómetros de Porto Seguro encontraron 15 mil metros cuadrados donde construir un complejo hotelero y un campo de fútbol para poder entrenar. Los trabajos de construcción corrieron por cuenta de la Federación Alemana y sus patrocinadores. «Campo Bahía» se transformó en el cuartel del flamante campeón del mundo gracias a las gestiones realizadas por el manager Oliver Bierhoff, mundialista en Francia 1998 y Corea-Japón 2002.
Campo Bahía consta de 14 viviendas en dos plantas, edificios administrativos, gimnasio, piscinas, campo de fútbol y 65 habitaciones e incluso un pequeño aeropuerto que le permitió a Alemania trasladarse hasta Fortaleza, Recife y Salvador para sus partidos de primera fase.
FIFA autorizó la construcción del lugar y los alemanes hablaron con las autoridades estatales para dar a conocer la obra y el destino final del complejo.
¿Qué pasará después del Mundial?
Campo Bahía pasará a ser propiedad del pueblo de Santo André. Sus habitantes trabajaron como únicos empleados en la construcción del lugar y al servicio de la Federación Alemania. Como premio recibirán un resort al lado de la playa. Además, los jugadores alemanes donaron 10 mil euros para la compra de una ambulancia para los servicios que necesiten las aldeas de los alrededores. Una parte del complejo será empleado como escuela para los hijos de los habitantes más pobres de la zona.
Alemania pasará a la historia, además de ser el primer europeo en ganar un Mundial en Sudamérica, como el pionero en construir su propio lugar de concentración. Pero más que eso, los jugadores alemanes se mezclaron con el pueblo de Santo Andre, se acostumbraron al calor local y su agradecimiento es evidente por estos largos día que concluyeron con un final feliz en Río de Janeiro.
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