En estas Fiestas Patrias, y en medio de reuniones con la familia, siempre es bueno dedicarle unas palabras al Perú, sea un discurso o en este caso, mediante unos poemas que grafican el amor que sentimos por nuestra patria.
Compartimos algunos de ellos:
Perú
(Luis Ramírez Idoña)
Nosotros que venimos de una nación
llena de historia, tradició,on
y donde la gente es buena de corazón.
Un día a nuestras tierras llegó,
un hombre de mucho valor,
Don José de San Martín,
el gran libertador,
que con sus palabras selló,
ese 28 de Julio, día de honor,
por la voluntad general de los pueblos,
así dijo y nos liberó.
Ahora nos toca a nosotros continuar esa misión,
de crear una nación libre de verdad,
donde exista el derecho de la ley,
donde no exista más la corrupción,
donde tengamos los peruanos una posta de conección,
donde el indio, el negro, el criollo y todas las razas
puedan vivir juntos sin fricción.
Donde el ser peruano, sea nuestra felicidad,
porque venimos de la tierra de grandes personajes,
desde el legendario Manco Capac, de los Incas el fundador,
pasando por Pachacutec, el gran guerrero vencedor,
hasta Pizarro el conquistador,
y los valientes de nuestra emancipación.
Túpac Amaru no se rindió,
José Olaya, ni torturado lloró,
Andrés Avelino Caceres, a los chilenos asustó,
el brujo infante, ese bravo luchador,
los mantuvo en jaque, con un ejército menor.
Hoy celebremos este legado,
de historia, leyenda, tradición y honor,
de gente que por la patria todo entregó.
¡Arriba el Perú!
Salud paisanos,
como una familia unida,
todos hermanos.
Perú en alto
(Alejandro Romualdo)
Según mi modo de sentir el fuego
soy del amor: sencillamente ardiendo.
Según mi modo de sufrir el mundo,
soy del Perú, sencillamente siendo.
Tierra de Sol, marcada al negro vivo,
llorando sangre por los poros, sombra
a media luz del bien, a media noche
del día por venir. Yo estoy contigo.
Golpe, furia, Perú: ¡Todo es lo mismo!
Saber, a ciencia incierta, lo que somos,
buscando, a media luz, otro destino,
con todo el cielo encima de los hombros.
Por eso quiero alzarte, recibirte
con los besos abiertos,
junto a la luz,
ardiendo de alegría.
Perú adorado
(Luis Castillo)
Hoy que estoy lejos
de tí patria querida
porque la vida
de tí me alejó,
quiero cantarte
con emoción sentida
versos que nacen
del corazón.
Desde esta gran nación
de belleza y de confort,
de libertad y de igualdad
desde aquí, mi nuevo hogar
Perú… te quiero cantar.
¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado…
Desde aquí yo veo
bajo tu cielo, tu mar azul,
tus lindas playas,
y altas montañas, con sus nevados
que inspirado… Dios poderoso
allí pintó…
Y de tu selva… sensual
virgen febril y ardiente
veo tu río… veo tu flor.
¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado…
Mis pensamientos llegan
a Lima, a contemplar
tus viejas calles
con sus balcones
de recuerdo virreynal
y mi alma llena de ilusiones
se va Del Puente a la Alameda
para admirar La Flor de la Canela
airosa caminar…
¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado…
Estoy despierto y soñando
con Cinco Esquinas
en los Barrios Altos,
barrio añejado
de serenatas y procesión,
por Mercedes y Santa Clara,
donde cantara
aquel Plebeyo
su noble amor…
¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado…
Al recordar tu luna porteña
y el eco de una canción,
la nostalgia mi alma llena
y evoco el Callao Querido,
donde una noche rendido
quedó por siempre mi corazón
¡Oh Patria mía!
Tierra lejana
Perú adorado…
Lamentos de un extranjero
(Manuel Valladares – Salvadoreño)
Cuando yo deje este mundo,
como todo ser humano,
me iré con dolor profundo
por no haber sido peruano.
Pero me iré sin rencor
ni despecho alguno,
porque yo tuve el honor
de conocer a más de uno.
Pido que en mi funeral,
me prendan más de una vela,
me canten «El Condor Pasa»
y la «Flor de la Canela».
Cuando me estén enterrando,
quiero que sea algo bello,
que lloren «Los Morochucos»
y me canten «El Plebeyo».
Le pediré a mi familia,
que a pesar de mis costumbres,
me saquen de New York
y que me entierren en Tumbes.
Les pediré un gran favor,
si les gusta lo que he dicho,
que me hagan el novenario
en el monte Machu Picchu.
Que me entierren una noche
mientras la Luna ilumina,
y que mi ataud vaya cargado,
por mi amigo Mauro Mina.
Cuando Maurito se canse,
que me carguen unas llamas
y que atrás vayan cantando
muy tristemente «Los Chamas».
Que muestre muchos dolores,
que vayan todos los días,
a poner un ramo de flores
acompañados por Cubillas.
Que escriban sobre mi cripta,
que mi hermoso sueño
además de ser peruano,
era haber sido Limeño.
Cuando descanse en la fosa
y mi alma agarre vuelo,
yo quiero que en vez de un angel,
un Cóndor me suba al cielo.
Pero si voy para abajo,
escuchen bien lo que hablo,
muy tranquilo y sin relajo,
así yo le diré al diablo:
Prepara tu voz cornudo,
prepárala porque tú,
cantarás fuerte y agudo
conmigo, ¡Viva el Perú!
Y si no lo cantas bien,
te disculpas, te me hincas,
respetarás Oh malvado,
al Imperio de los Incas.
Ahora vas a beber,
Pisco y Chicha en una barra
y vas a cantar conmigo,
«Cuando llora mi guitarra».
No importa donde vaya,
sea arriba o sea abajo,
gritaré todos los días,
¡VIVA EL PERU CARAJO!
Hijo del Perú
(Luis Ramírez)
Para ser hijo del Perú,
hay que ganarse el derecho;
y aun cuando yo no creo
suficiente haber hecho,
igual late en mi pecho
cual bandera ondeante,
un corazón palpitante,
que irrigando en torrente
y caudaloso color rojo,
imita el del pendón
rojo, rojo berbellón.
Partí de aquel suelo,
con muchas ilusiones,
dejando atrás recuerdos,
y otras tantas emociones.
Y me pregunto a menudo,
si habrá cambiado el terruño,
si todo será diferente;
estará acaso la misma gente
o tal vez a mi retorno
pasaré a ser un extraño,
donde antes que hombre, fui niño.
Hoy que sólo veo en sueños,
los lugares que recorrí,
o aquel donde nací,
y di mis primeros pasos;
añoro con nostalgia
el llegar de un nuevo día
querida patria mía,
para gritar con alegría,
recordando la guardia vieja,
que a mi querido Perú,
nada se le asemeja.
Que viva el Perú,
es la expresión más sentida,
que desde mi partida,
del hoy lejano terruño,
grito con pasión profunda,
y una verdadera emoción,
en cada nueva evocación
del aniversario patrio;
cuando San Martín solemne
decretó en forma perenne
el fin de la opresión.
Mi Tierra
(Darío Mejía)
Yo nací en una tierra lejana,
una hermosa tierra del sol y de gloria ,
tan hermosa como una bella mañana,
llena de amor y mucha historia.
Mi tierra fue la cuna de una cultura que con justa razón,
nos legó su sabiduría, valentía y honor,
y nos enseñó que con la sangre, el alma y el corazón,
es como se pinta nuestra bandera bicolor.
Mi tierra está llena de ricas montañas, nevados y es única,
abundan los hermosos campos de algodón, papa y cañaveral,
ríos, quebradas y un inmenso mar verde hay en nuestra selva amazónica,
risueñas playas bordean todo su litoral.
No sólo tenemos al grandioso Machu Picchu como orgullo nacional,
también está el Señor de Sipán, la momia Juanita y los baños del Inca,
el Misti, el Huascarán y las Líneas de Nazca son algo sin igual,
son nuestros también la piedra de Huamanga, la uña de gato y la maca.
Tenemos huayno, huaylas, tondero y marinera,
festejo, zamacueca y un landó no podían faltar,
el vals y el criollismo están en primera,
así que póngase de pie y empecemos a bailar.
Si comer te apetece pues escoge un cebiche o una papa a la huancaína,
una carapulcra, un olluquito con charqui, un lomo saltado o papa rellena,
también hay seco de cabrito con sus fréjoles y ají de gallina,
de postre sus picarones, mazamorra morada o un suspiro de limeña.
Esa es mi tierra linda y querida que llevo en el alma,
cuna de Miguel Grau, Bolognesi, Alfonso Ugarte y María Parado de Bellido,
que se ilustró con Vallejo, Mariátegui y Ricardo Palma,
de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres fue su nido
…y tiene PERU como nombre y apellido.