En las ediciones pasadas del Mundial de Fútbol ¿quién iba a hablar de ecología? ¿el medio ambiente sería tomado en cuenta durante una celebración que concierne a todo el planeta? Los años han cambiado y para Brasil 2014, el fútbol no solo será protagonista en Brasil sino también una toma de conciencia clara sobre los recursos ambientales.
La FIFA ha tomado algunas consideraciones respecto a la realización de este evento que paraliza cada cuatro años al mundo. Por ejemplo, los 12 estadios sede del torneo, tendrán que cumplir con ciertas exigencias de sustentabilidad ambiental. Por ejemplo, reutilizar el agua de lluvia, emplear aparatos que no consuman mucha electricidad y limitar la generación de residuos, entre otras normativas.
Pero también hay quienes quieren aprovechar una gran vitrina como la Copa del Mundo y superar incluso las exigencias que puso la FIFA para el Mundial. Por ejemplo, en Belo Horizonte, el estadio “Governador Magalhães Pinto”, conocido como “Mineirao” pretende recibir la reconocida certificación internacional “Leed” de edificio verde, otorgada por el Consejo estadounidense de edificios verdes (US Green Building Council).
Mucho ojo con la etapa de reconstrucción: En su plan se incluyeron acciones para controlar la emisión de gases con efecto invernadero durante la obra, a través de la contratación de proveedores que vivan cerca para reducir el transporte; la recolección de hasta seis millones de litros de agua de lluvia para regar el césped del campo de juego y para limpieza y uso sanitario; y desde luego la reutilización de residuos.
El 100% de concreto empleado para la construcción del escenario deportivo más importante del estadio de Minas Gerais. El conceto retirado fue reutilizado en la propia reforma del coloso o destinado a obras aledañas. Las 800.000 m3 de tierra retirada fueron destinados a la recuperación de áreas degradadas por mineras, y los 50.000 antiguos asientos fueron donados para gimnasios y estadios del interior del estado.
Pero, lo principal será el proyecto de generación de energía limpia a través de una plata eléctrica solar que estará instalada en un escenario mundialistas y que proveerá de energía a unas 1500 residencias cercanas.
Entre otras medidas, las 12 ciudades organizadoras van a invertir en combustibles alternativos para los buses utilizados por las delegaciones. Y también se están creando carriles especiales para autobuses y nuevas formas de transporte ferroviario. Sin duda que todas las ciudades que alberguen la copa del mundo vivirán una completa revolución verde.