Las comidas rápidas contienen niveles altos en grasas saturadas, azúcar y sal por lo que tienen más calorías que otros alimentos. Esto, traduce un bajo valor nutritivo y un peligro para la salud de los niños.
La comida rápida y la obesidad infantil, están relacionados entre sí debido a que su publicidad está orientada a ellos, con platos supuestamente divertidos, por lo que tanto los niños, como sus padres, no estén conscientes de las relaciones con la salud de la comida rápida:
Alto contenido de grasas saturadas:
Las gradas en la comida rápida son muy dañinas para la salud del niño, pues conduce a mayores niveles de colesterol en la sangra y triglicéridos, por lo cual se relaciona con afecciones cardíacas a temprana edad, así como muchas enfermedades cardiovasculares como la dislipidemia y las enfermedades coronarias en el corazón.
Contenido de Sal:
Los niveles de exceso de sal en la comida rápida resultan negativos sobre la presión arterial, induciendo a elevarla y conduciendo a la posible ruptura de las arterias y venas. Para reparar estos vasos sanguíneos, el cuerpo acumula las lipoproteínas y las convierte en colesterol, cuyos niveles en exceso son dañinos para la salud de las arterias.
Las grandes cantidades de sal y grasa en estos alimentos afectan la salud de los pequeños y hacen muy difícil la tarea de encontrar algo saludable en el menú.
Otros efectos:
Los niños en edad de crecimiento necesitan una gran cantidad de vitamina A y hierro, pero el consumo constante de comida rápida, hace que los niños sean más propensos a la pérdida de apetito, estreñimiento, cansancio, falta de concentración, fatiga y enfermedades como la anemia.