La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No sólo por su composición, sino también por el vínculo afectivo que se establece entre la madre y su bebé durante el acto de amamantar. En razón de que contiene todo lo que el niño necesita durante sus primeros meses de vida, la leche materna protege al bebé frente a muchas enfermedades tales como catarros, neumonía, diarreas, otitis, infecciones de orina, e incluso, prevenir otras patologías futuras como asma, alergias, obesidad, etc.
No obstante, la leche materna no sólo es buena para el pequeño, sino también para la madre. Las mujeres que amamantan a sus hijos pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente, y difícilmente padecerán anemia, hipertensión y depresión posparto.
Ventajas de la lactancia materna
Una de las ventajas de la lactancia materna, es que amamantar al bebé hace que la madre pierda peso más rápidamente, ya que mucha energía procedente de las grasas que se ha ido adquiriendo durante el embarazo.Añadiendo aún más ventajas, se puede decir que la leche materna es un alimento ecológico. No se fabrica, no se envasa ni se transporta, evitando así el gasto de energía y la contaminación del medio ambiente. Para la familia es un gran ahorro. La leche materna no constituye un gasto económico y sobre todo, es la mejor forma de alimentación para el bebé.
Por todas estas razones y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP), el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatríarecomienda la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de la vida del niño y continuar el amamantamiento junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más.
Dar el pecho
Cuanto antes mejor. Es importante que al niño se le ofrezca el pecho en la primera media hora tras el parto. Después de la primera toma, el recién nacido suele quedarse dormido unas horas. También es importante no limitar el tiempo de las tomas, sólo el niño sabe cuando está satisfecho. Durante este tiempo, es recomendable que el bebé se quede junto a su mamá para que se estimule el contacto piel con piel entre ambos. Así, puede ofrecerse el pecho tan pronto como se observe que el niño está dispuesto a mamar, y no solamente cuando llore. El llanto es un signo tardío de hambre.No se debe olvidar que un recién nacido sano no necesita más líquidos que los que obtiene de la leche de su madre, y por ello, no es necesario ni recomendable ofrecer agua ni soluciones de suero con glucosa. Antes de darle «suplementos» o cualquier alimento distinto de la leche materna es conveniente consultar con el pediatra.
Fuente consultada:
– Aeped.es