Hace cuatro años, se dio quizás una de las despedidas más sentidas del fútbol actual. El francés Zinedine Zidane dio por cerrada su exitosa carrera en el ‘Deporte Rey’, no como se esperaba, pues su alejamiento definitivo se vio envuelto en un hecho del cual se habla hasta el día de hoy.
El 09 de Julio del 2006, Italia y Francia definieron al campeón del Mundial de Alemana en en Olímpico de Berlín. Ambos sorprendieron al llegar a la instancia definitiva, pues no habían convencido del todo en los primeros partidos. Sin embargo, en los partidos decisivos, sacaron a relucir su potencial y dejaron fuera a rivales de peso como Alemania (Triunfo de Italia en semifinal), España, Brasil y Portugal (equipos que querían jubilar a Zidane pero no lo consiguieron).
Fue el propio Zidane quien abrió la cuenta con uno de esos disparos de penal que se patean con aunténtica sangre fría. De más esta decir, que quien redacta esta entrada, es un profundo admirador del juego elegante de ‘Zizou’ y que mi favorito para levantar la Copa era Francia. Fue un torneo en que seguí cada partido de Francia, dejándome llevar por la nostalgia de ver al Genio en sus últimas presentaciones. Aún me costaba creer que aquel volante que supo darle alegría al balón le decía adiós al fútbol, cuando desde mi punto de vista, pudo haber regalado un par de temporadas más.
Italia empató en ese primer tiempo con gol de Marco Materazzi y en adelante, fue un partido cerrado en que ambos equipos fueron presa del nerviosismo, propio de una final de Mundial. Y según mi creencia, Francia tenía algo más de oficio ante los italianos, pero en el tiempo extra pasó lo que nadie esperaba.
El polémico Materazzi (odiado por toda Francia a partir de esa jornada), pecó de cobarde y apeló a la bajeza para meterle un foul sin contacto al emblema de Francia. Recurrió a los métodos fáciles para deshacerse de quien fue la figura del Mundial. Desde esa jornada, para mí Materazzi dejó de ser un futbolista y pasó a ser un mero cavernícola disfrazado de jugador de fútbol.
Y con esa historica acción y la cabeza caliente de Zidane, Italia comenzó a ganar el Mundial. Francia se desvaneció anímicamente en los penales al ver a su capitán y emblema, irse a los vestuarios con las manos vacías.
Aquella jornada me dejó ciertas conclusiones: Italia no mereció campeonar. Materazzi es un cobarde y Zidane no merecía un final así. Cuatro años después, ‘Zizou’ está en Sudáfrica a punto de presenciar la final entre España y Holanda, Italia regresó por el rabo entre las piernas a su casa eliminado por Eslovaquia… y Materazzi, llorando porque Mourinho se fue del Inter, y con el triste recuerdo de su cobardía.
[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=j-2Aa1zN27c&feature=player_embedded’]
[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=PLLez12OqlU&feature=player_embedded’]