Uno de los problemas que ocurren de forma común en la educación de los perros, es evitar que orinen en el interior del hogar, por lo que se hace necesario enseñarles a hacer sus necesidades con suma anticipación.
Para ello, no sirven las llamadas de atención o el castigo físico. No sirve tampoco reñirle si no se hace en el momento justo cuando lo está haciendo, pues el perro no asociará el castigo con orinar dentro de casa.
Hasta que no se le empiece a educar a hacerlo en la calle, no es preferible reñirlo si lo hacen en el interior de la casa. Una vez que lo empiezan a asumir si se les puede reñir si lo hacen en el propio hogar.
Los perros siempre tienen que hacer sus necesidades, y deben hacer lejos de su lugar de descanso y del lugar donde tengan la comida y el agua, por lo que una vez logren asimilar la idea de que está mal hacer las necesidades dentro de casa, nunca las harán dentro si pueden evitarlo.
Ellos también suelen hacer sus necesidades en lugares donde se sienten seguros. Es normal que algunas veces se les saque a la calle, pese a no estar acostumbrados. Si después de mucho pasear a tu perro sin que las haga, lo primero hace al entrar en casa es mearse, es que se ha estado aguantando por temor o miedo a que le caiga una riña.
El que los perros se acostumbren a orinar fuera de casa es un tema de suma paciencia. Cuando empieza asumir que lo debe hacer fuera de casa es importante que lo saquemos 3 o 4 veces al día a pasear a las mismas horas. Sobre todo a primera hora de la mañana y a última hora de la noche.
En el caso de los cachorros, que no tienen la capacidad de retenerse como la de un perro adulto, se le tendrá que sacar más veces a la calle. Conforme vaya creciendo, se irá reduciendo paulatinamente sus salidas.
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