Para aquellos hombres que gozamos de una barba tupida es una tarea tediosa diario, interdiario, semanal o mensual tener que afeitarnos.
Personalmente he pasado últimamente por todas las marcas y máquinas desechables (menos las eléctricas) y ninguna me satisface completamente.
Todas las máquinas de afeitar de ahora, mueven la cabeza, traen mango ergonómico, aloe vera y un cúmulo de publicidad, pero a la hora de rasurar no son tan buenas como las publicitan, así que se me ocurrió volver a las máquinas de unas décadas atrás.
La hoja de afeitar se vende en todas las farmacias, boticas y bodegas, pero no encontré la máquina y de tanto buscar la encontré como artículo único en una botica por 5 soles y S/.1.80 la cajita de 3 hojas Schick.
Con la barba de una semana, luego del remojo respectivo, la espuma de afeitar común y corriente de estos tiempos comencé a afeitarme y el sonido de la navaja al pasar sobre la piel cortando la barba es increíble, tiene algo especial.
Lo que con otras máquinas descartables es imposible con esta máquina antigua es mucho más fácil, las barbas no se atoran en la máquina y en una sola pasada corta todo el vello.
La maquina se lava fácil, no quedan restos y la veo muy útil, por lo que parece que encontré una buena amiga para mi afeitada, ojalá pueda encontrar una maquina más bonita, pero de igual forma y estilo.