La calle Ocoña, en el centro de Lima, a pocos metros del palacio presidencial y de la plaza de Armas, se ha convertido en el auténtico distrito financiero peruano. En esa calle y sus alrededores, numerosas oficinas de cambio y cientos de jóvenes, con puñados de intis en las manos, tratan de vender o comprar dólares por moneda peruana. Algunos ofrecen en pancartas la compra de dólares rotos y deteriorados.La divisa norteamericana cambia su cotización varias veces al día en el jirón Ocoña, pero no por las presiones del Banco de la Reserva Nacional, sino por lo que dictan los cambistas callejeros, cuyos dólares llegan cada día a Lima y al resto de Perú en las avionetas colombianas que acuden al valle del Huallaga para recoger cargamentos de pasta básica de coca.
Se estima que cuatro de cada cinco dólares que circulan en el mercado informal limeño provienen del narcotráfico.
El dólar de Ocoña es un dramático ejemplo de la paulatina influencia del narcotráfico en la débil economía de Perú, un país agobiado por una hiperinflación del 2.775% en 1989, según cifras oficiales, año en el que el producto interior bruto cayó en un 12% un país donde la economía informal representa entre el 60% y el 70% de la producción nacional.
Según estimaciones del Banco Mundial, 10 millones de peruanos viven en unos niveles de pobreza absoluta, y apenas el 20% de la población satisface diariamente sus necesidades nutritivas mínimas de 2.400 calorías y 65 gramos de proteínas.
‘Maquinazo’
La cantidad de dólares procedentes del narcotráfico que ingresan en la economía peruana se estiman oficialmente entre 800 millones y 1.000 millones de dólares. Pero las diversas fuentes no se ponen de acuerdo. En cualquier caso, ésas serían cifras mínimas. El presidente Alan García afirmó en diciembre de 1988 que al mercado paralelo de Ocoña entraban mensualmente 30 millones de dólares (360 millones al año). Pero su minisro de Economía, César Vázquez Bazán, decía en junio de 1989, por televisión, que en la economía entraban 1.000 millones de dólares anuales por el narcotráfico.El mercado de Ocoña y el narcodólar fija actualmente el tipo de cambio del 70% de las importaciones, y su presión determina el tipo de cambio del devaluado inti, la moneda nacional peruana. En enero de 1989, el dólar de Ocoña se cotizaba a 1.800 intis. En septiembre valía 9.000 intis. En dicimbre el billete verde se cotizó a 13.500 intis, luego de haber llegado hasta 15.600 intis.
Un alza imparable del dólar que obliga.al Gobierno al maquinazo continuo, y que la oposición denuncia como causa del alza incontrolada de la divisa norteamericana. El senador independiente Enrique Chirinos Soto estimaba a mediados del pasado diciembre que la emisión de billetes llegó en los últimos meses «al billón de intis mensuales» «Hay días que el Banco de la Reserva del Gobierno aprista emite más intis que los emitidos durante todo el régimen de Belaúnde Terry, que llegó a los 5.000 millones de intis», añadió.
Fuente: http://www.elpais.com/articulo/internacional/PERu/dolar/Ocona/elpepiint/19900114elpepiint_17/Tes/
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