El Caballito de Totora esta diseñado para transportar a un navegante durante las faenas de pesca marina en el Perú y lacustre en Bolivia y el Perú.
El extremo anterior (proa) es aguzado y curvado hacia arriba, siendo el posterior más ancho. Cuenta normalmente con un largo de 4,5 a 5 metros; y un ancho de 0,6 a 1 m; su peso varía entre 47 y 50 kg y puede soportar 200 kg de carga útil.
Su uso es de hace tres mil años, tiempo en que su diseño no ha variado con el paso de los tiempos, incluso, los Mochica lo utilizaban hacia el 200 d. C.
En algunas playas del litoral peruano como Huanchaco, los Caballitos de Totora se utlizan deportivamente para correr olas, en una actividad similar al surf.
Incrustadas en su arena reposan estas embarcaciones de totora. Por tiempos inmemoriables este fue el símbolo, la demostración, la evidencia palpable del respeto de la población de la costa peruana por los sutiles hilos que tejen el equilibrio ecológico.
El elemento representativo de esta antigua tradición es el uso del caballito de totora, herencia fundamental de las culturas Mochica y Chimú que se ha mantenido a lo largo del tiempo y que constituye un símbolo representativo de su identidad, con un insondable valor histórico.