El hatajo de negritos y las pallas, fueron declarados por el Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural de la Nación, al ser consideradas como expresiones que combinan el fervor popular y las tradiciones.
Ambas manifestaciones son la transmisión intergeneracional de saberes y conocimientos colectivos.
El hatajo de negritos y pallas o pallitas, son expresiones musicales y de danza que consisten en la ejecución de bailes basados en el zapateo, bajo las interpretaciones del violín y guitarras.
Hacer el zapateo implica la reproducción de patrones rítmicos de ascendencia africana al son de los instrumentos musicales que evocan tonadas con influencia andina.
Esta danza es interpretada por varones y las pallas son exclusivas de las mujeres, quienes bailan juntos durante la fiesta de Navidad, con especial incidencia en la ciudad de Chincha. En ella, los hombres lucen coloridas bandas y contrabandos, portando una campana y un chicotillo con cascabeles, mientras que las mujeres llevan vestido con color claro y bastones multicolores.
En estas danzas, presentan cánticos al niño Jesús de los nacimientos de los hogares y los anfitriones los agasajan con comida y bebida. Los negritos zapatean al ritmo de violín y las pallas al compás de la guitarra. Ellos, representan a los pastores que visitan a Jesús recién nacidos.
Este baile tiene como antecedente, una larga tradición de danzas y cantos de villancicos delante de los nacimientos, de procedencia española pero asentadas en el Perú desde el siglo XVII.