En una pareja de homosexuales (hombres o mujeres), si uno de ellos es infiel con alguien del sexo opuesto, genera un sentimiento de profunda frustración, algo de violencia e incluso un crimen pasional.
Una situación así, genera en la persona engañada una mayor descarga de violencia, inseguridad, trastornos de ansiedad y otros desórdenes, ya que siente que no puede competir con alguien del sexo opuesto.
Estas personas padecen de celotipia (celos enfermizos) y tienen un afán de posesión. Además, no encuentran una alternativa, su mundo gira en torno a la persona a la que aman y quieren hasta dominar su pensamiento.
Los celos son una emoción compleja que se exacerba cuando se trata de una relación de pareja de homosexuales -ya sea entre dos hombres o dos mujeres- que se caracteriza, si se llega a extremos, por una gran violencia. Precisó que en estos casos, son más fuertes, porque implican satisfacción sexual con alguien del mismo sexo.
Mucho se ha hablado sobre los celos en las parejas gays y lésbicas, comentarios que giran en torno a que los homosexuales celan más a sus parejas que los heterosexuales. Los celos son tan individuales que las orientaciones sexuales, que nada tienen que ver con su manifestación.
Así, la respuesta más común entre la población de ambos sexos es hablar acerca de la situación con la pareja. Generalmente las mujeres tienden a ignorar el asunto de los celos; no así los hombres.
Las diferencias más notables se marcan en las reacciones emocionales entre los dos géneros: las féminas tienden a llorar, a mostrarse heridas. En cuanto al hombre es más probable que exprese sus sentimientos atacando, diciéndole a su pareja que lo ha herido y exigiéndole que deje de hacerlo.
A diferencia de muchas parejas heterosexuales, las homosexuales pueden establecer buenas relaciones de amistad con sus ex parejas sentimentales, sin que los celos obstaculicen, aunque claro, también hay sus excepciones.
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