¿Ser gordo no es tan dañino para la salud?

Hace muy poco recibí un correo electrónico en el que se exponía una noticia publicada en Internet. El artículo se titula: «Ser gordo no es tan dañino como se cree, sostienen científicos. Para un grupo de científicos de Gran Bretaña y de los Estados Unidos a la gordura ha sido satanizada en exceso. Aunque, no hacen una apología a la obesidad, sostienen que el exceso de peso puede traer beneficios para la salud».

En este escrito citan a varios científicos y hacen alusión particular al estudio realizado por la doctora Katherine Flegal y colaboradores. Además sindican a los especialistas médicos que tratan la obesidad como gente que especula y se enriquece con este problema.

Bueno en realidad están tomando muy a la ligera las cosas y malinterpretando el estudio de la Dra. Flegal.

En su artículo titulado : Excess Deaths Associated With Underweight, Overweight, and Obesity publicado en JAMA  20 de abril 2005, se concluye que: «la deficiencia de peso  (IMC bajo 18) y la obesidad, sobre todo mayores niveles de la obesidad (IMC más de 35), se asocian con el aumento de la mortalidad con relación a la categoría de peso normal. El impacto de la obesidad sobre la mortalidad puede haber disminuido con el tiempo, tal vez debido a las mejoras en la salud pública y la atención médica. Estos resultados son consistentes con el aumento de la esperanza de vida en los Estados Unidos y la disminución de las tasas de mortalidad con respecto a enfermedad isquémica del corazón».

También refieren los autores del mismo artículo que ellos analizaron las muertes de todas las causas y no por causas específicas. Además ellos mismos señalan que utilizaron los datos federales en los que se consideraba únicamente peso y no se han tenido en cuenta otros factores como composición corporal, actividad física, grasa visceral, dieta que son factores responsables directos de problemas de salud y mortalidad.

Es cierto que el sobrepeso puede no ser un riesgo determinante de muerte, pero esto está relacionado con estilo de vida. Existen estudios en los que se demuestra que sujetos con sobrepeso que mantenían un entrenamiento físico regular tuvieron menos riesgo de muerte que los sujetos delgados sedentarios. Además se debe tener en cuenta el factor genético.

Tengamos en cuenta los siguiente y diferenciemos peso normal, de sobrepeso y obesidad: una persona de 1.70m de estatura estaría en peso ideal de 65 kg con un índice de masa corporal de 22. Si esta persona sube 7 kg, con 72 kg tendría un IMC de 24.9 que está dentro del rango normal.

La misma  persona tendría que subir hasta 20 kg, es decir llega a los 85 kg para estar  con un IMC de 29.2 al límite del sobrepeso. Por encima de 20 kg de sobrepeso, no les parece que el riesgo es bastante alto?. Esta persona debe pasar los 20kg de exceso de peso para llegar a ser obesa, entonces pues hay  una marcada diferencia de 7 kg, a 20 kg y a más de 20kg.

Tengamos en cuenta además que como señalan los mismos investigadores aludidos la composición corporal es decir la cantidad de grasa acumulada, la localización del exceso de grasa (visceral) y los hábitos de vida son factores en realidad más importantes y de mayor impacto que el IMC.

No perdamos la perspectiva, una cosa es estar en sobrepeso pero llevando una vida saludable, haciendo ejercicio regularmente y con una alimentación balanceada que estar flacos u obesos sedentarios y mal alimentados.

Por otro lado, es impertinente la aseveración de que se gasten millones de dólares en investigación de medicamentos y cirugías que enriquecen a unos pocos. Si bien es cierto existe gente que ofrece fórmulas y batidos mágicos, así como pastillas milagrosas, existen médicos y personal de salud comprometidos seriamente con el problema y que dedican su vida a mejorar la calidad de vida de otras personas.

Entonces esos millones de dólares destinados a la investigación como señalan parece que han dado resultado pues a la  propia Dra. Flegal le parece que son los responsables de la disminución de la mortalidad.

Si no queremos enriquecer a algunas personas empecemos a cambiar nuestros hábitos alimentarios y a movernos. Pero no difundamos información que confunda a la gente.