Las policías son instituciones con que nuestras sociedades en ocasiones deben convivir con relaciones bastantes complejas, en Latinoamérica la mayoría de ellas están muy cuestionadas, seria bueno analizar las condiciones en las que trabajan sin que ello signifique justificación alguna para su ineficiencia, empezare por una deficiente selección de personal, su relación directa con la criminalidad, esa convivencia con el tiempo es muy riesgosa, inadecuados diseños de entrenamientos y capacitación, los casi siempre salarios indignos, la falta de motivación dentro de su institución, la escasa valoración social que la ciudadanía les concede, un factor que es muy importante tomar en cuenta además es que ellos portan un arma de fuego y con un «poder» incuestionado frente al ciudadano común, algo serio si estamos frente a un policía corrupto que le resulta fácil desviar sus funciones legales, como ya lo vengo proponiendo en anteriores artículos el problema no solo es la policía sino los principales eslabones de la seguridad publica que son además la Fiscalia, el Poder Judicial y Los sistemas penitenciarios, pero en este articulo quiero tocar el tema policial. Es indudable que necesitamos una urgente y profunda reforma policial, que debería ir acompañada desde mi punto de vista de cambios sustanciales desde la captación de personal, regimenes disciplinarios, sistemas de control y supervisión, es importante también revisar y mejorar los aspectos jurídicos inherentes a sus obligaciones, cuando hablamos de reformas policiales debemos tener en cuenta que el primer escollo a superar será la fuerte resistencia de la propia institución contra el cambio y es que estos reformas significa dejar al descubierto las distintas modificaciones de tipo estructural, organizativas, estratégicas y políticas, incidiendo además en sus regimenes jerárquicos de promociones así como disciplinarios, cuando se habla de reforma se debe incluir a la totalidad de sus elementos, pero por algo se debe empezar, como diría el psicólogo R.A. Wilson el futuro existe primero en la imaginación, después en la voluntad y luego en la realidad, ¿pregunto en voz alta? por que no se empieza elaborando un nuevo «perfil institucional» en ello coincido plenamente con un oficial policial de la Argentina cuando propone:
1.- Responsable criterio de selección
2.- Revisión profunda de antecedentes y conductas previas
3.- Condiciones morales y éticas
4.- Su vocación de servicio
5.- Su aptitud funcional
6.- Las características personales y estado físico
7.- Su conducta asertiva y habilidades sociales
8.- Relación con sus pares, con la comunidad y con la delincuencia
9.- Conocimiento de normas y leyes
10.- Conocimiento del reglamento.Seria muy largo el enumerar todas las características que comprendan la definición de un adecuado perfil ya que a cada singularidad le sigue una particularidad, pero es muy importante el moldear un mínimo de requisitos que permita saber que es lo que se tiene y en esencia se quiere del recurso humano, son diversas las policías en el mundo que podríamos tomar como ejemplo y modelo, hoy el prototipo policial debe responder a los nuevos paradigmas que el mundo moderno impone, que ya no debería ser una estructura rígida, militarizada, alejada de la sociedad y por ende de sus problemas cotidianos.
Les contare una experiencia que personalmente viví en el año 2001 cuando fui invitado al primer simposium de seguridad ciudadana organizada por la policía de Colombia, La policía de Colombia paso por una profunda reforma policial que separo a mas de tres mil miembros comprometidos con la delincuencia, hoy esta considerada como una de las mejores policías de la Región, hay un solo camino y es el de separar, «depurar» a los malos elementos enquistados en la institución policial para que esta pueda ser repotenciada.
En las diversas encuestas la policía sale mal librada, mas de un factor sale a la luz cuando se trata de caracterizarla, ello me ocurrió en una entrevista en radio Capital donde los periodistas que me entrevistaron abrieron los micrófonos, corrupción, abusos, ineficiencia, faltas a la ética, sin duda la queja mas frecuente de la ciudadanía es la relativa ineficacia que muestran un numero importante de elementos de la Institución en el cumplimiento de sus deberes de protección al ciudadano, el no asistir a los llamados de emergencia, la imposibilidad de abandonar los puestos asignados para atender un delito, la carencia de recursos como movilidad, son respuestas que sistemáticamente recibe la población. Finalmente ante lo relatado, las autoridades políticas tienen la solución en sus manos, sin duda alguna el beneficio de una mayor tranquilidad y seguridad en las calles serán mayores a cualquier costo económico o político que se tenga que pagar.
Cesar Ortiz Anderson
Presidente Aprosec
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